Dios escuchó a Manoa y el ángel de Dios volvió a aparecerse a la mujer mientras esta se hallaba en el campo; pero Manoa, su esposo, no estaba con ella.
Entonces colocará el incienso sobre el fuego, en presencia del Señor, para que la nube de incienso cubra la tapa que está sobre el arca con las tablas del pacto. De esa manera Aarón no morirá.