Así que siete días con sus noches se quedarán a la entrada de la Tienda de reunión, cumpliendo con lo que el Señor ha ordenado, para que no mueran. Así me lo ha mandado el Señor».
Luego, de la parte que le pertenecía de la ofrenda de ordenación, Moisés tomó el pecho del carnero y lo meció ante el Señor, tal como el Señor se lo había mandado.
Pero el resto del novillo, es decir, la piel, la carne y el excremento, lo quemó en el fuego, fuera del campamento, tal como el Señor se lo había mandado.
Acto seguido, Moisés hizo que los hijos de Aarón se acercaran. Entonces los vistió con las túnicas, se las ciñó con la faja y les sujetó las mitras, tal como el Señor se lo había mandado.
Las campanillas y las granadas se colocaron, en forma alternada, en todo el borde inferior del manto que debía llevarse para ejercer el ministerio, como se lo mandó el Señor a Moisés.
Los anillos del pectoral los sujetaron con un cordón color azul, a fin de unir el pectoral al cinturón para que no se desprendiera del efod, como se lo mandó el Señor a Moisés.
El cinturón bordado con el que se sujeta el efod fue hecho del mismo material; es decir, de oro, lana color azul, carmesí, escarlata y tela de lino fino, como se lo mandó el Señor a Moisés.
Las vestiduras tejidas para ministrar en el santuario se hicieron de lana teñida de color azul, carmesí y escarlata. También se confeccionaron vestiduras sagradas para Aarón, como se lo mandó el Señor a Moisés.