Ellos se alimentarán de la ofrenda de cereal, la ofrenda por el pecado y la ofrenda por la culpa. Además, todo lo que los israelitas consagren al Señor será para ellos.
El resto de la ofrenda de cereal será para Aarón y sus hijos. Entre las ofrendas puestas al fuego que se presentan al Señor, esta es sumamente sagrada.
Así que celebremos nuestra Pascua no con la vieja levadura, que es la malicia y la perversidad, sino con pan sin levadura, que es la sinceridad y la verdad.
Así el sacerdote pedirá perdón por el pecado cometido en alguna de estas cosas y ese pecado será perdonado. El resto de la ofrenda será para el sacerdote como sucede con la ofrenda de cereal».
El Señor dijo a Aarón: «Yo mismo te he puesto a cargo de todas las cosas sagradas que los israelitas me traen como contribución. A ti y a tus hijos se las he entregado como su porción consagrada, como estatuto perpetuo.
El levita Coré, hijo de Imná, guardián de la puerta oriental, estaba encargado de las ofrendas voluntarias que se hacían a Dios; también, de distribuir las ofrendas del Señor y los dones consagrados.