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Referencias Cruzadas

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Levítico 26:41

Biblia Nueva Versión Internacional 2022

que me obligaron a enviarlos al país de sus enemigos— y abandonan su terquedad, se humillan y reconocen su pecado,

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39 Referencias Cruzadas  

Ustedes dejaron entrar en mi santuario a extranjeros, incircuncisos de corazón y de cuerpo, para que profanaran mi Templo. Mientras tanto, ustedes me ofrecían alimentos, grasa y sangre, violando así mi pacto con todas sus abominaciones.

»¡Tercos, duros de corazón y torpes de oídos! Ustedes son iguales que sus antepasados: ¡Siempre resisten al Espíritu Santo!

Habitantes de Judá y de Jerusalén, circunciden sus corazones: circuncídense para honrar al Señor, no sea que por la maldad de sus obras mi furor se encienda como el fuego y arda sin que nadie pueda apagarlo.

Luego Ezequías, junto con los habitantes de Jerusalén, se arrepintió de su orgullo, y mientras él vivió, el Señor no derramó su ira contra ellos.

«¿Has notado cómo Acab se ha humillado ante mí? Por cuanto se ha humillado, no enviaré esta desgracia mientras él viva, sino que la enviaré a su familia durante el reinado de su hijo».

Además, en él fueron circuncidados, no por mano humana, sino con la circuncisión que consiste en despojarse del cuerpo pecaminoso. Esta circuncisión la efectuó Cristo.

Porque la circuncisión somos nosotros, los que por medio del Espíritu de Dios adoramos, nos enorgullecemos en Cristo Jesús y no ponemos nuestra confianza en esfuerzos humanos.

Allí se acordarán de su conducta y de todas sus acciones con las que se contaminaron; sentirán asco de sí mismos por todas las maldades que cometieron.

¿A quién hablaré? ¿A quién advertiré? ¿Quién podrá escucharme? Tienen tapados los oídos y no pueden comprender. La palabra del Señor los ofende; no se complacen en ella.

El Señor tu Dios circuncidará tu corazón y el de tus descendientes, para que lo ames con todo tu corazón y con toda tu alma y así tengas vida.

En Cristo Jesús de nada sirve estar o no estar circuncidados; lo que vale es la fe que actúa mediante el amor.

»Les digo que este y no aquel volvió a su casa justificado ante Dios. Pues todo el que a sí mismo se enaltece será humillado y el que se humilla será enaltecido».

Porque todo el que a sí mismo se enaltece será humillado y el que se humilla será enaltecido.

Porque el que a sí mismo se enaltece será humillado y el que se humilla será enaltecido.

Así dice el Señor y Dios: ¡No entrará en mi santuario ningún extranjero incircunciso de corazón y de cuerpo; ni siquiera los extranjeros que habitan entre los israelitas!

Los sobrevivientes se acordarán de mí en las naciones donde hayan sido llevados cautivos. Se acordarán de cómo me he afligido por culpa de su corazón adúltero, y de cómo se apartaron de mí y se fueron tras sus ídolos. ¡Sentirán asco de ellos mismos por todas las maldades que hicieron y por sus obras repugnantes!

He guardado silencio; no he abierto la boca, pues tú eres quien actúa.

Tú has sido justo en todo lo que nos ha sucedido, porque actúas con fidelidad. Nosotros, en cambio, actuamos con maldad.

¡Señor, Dios de Israel, tú eres justo! Tú has permitido que hasta hoy sobrevivamos como remanente. Culpables como somos, estamos en tu presencia, aunque no lo merecemos».

»Después de todo lo que nos ha acontecido por causa de nuestras maldades y de nuestra grave culpa, reconocemos que tú, Dios nuestro, no nos has dado el castigo que merecemos, sino que nos has dejado un remanente.

Pero a diferencia de su padre Manasés, no se humilló ante el Señor, sino que multiplicó su culpa.

Su oración y la respuesta que recibió, como también todos sus pecados y rebeldías, los sitios donde erigió altares paganos y colocó las imágenes de la diosa Aserá y de otros ídolos, lo cual hizo antes de su humillación, todo esto está escrito en las crónicas de Jozay.

Por haberse humillado Roboán, y porque aún quedaba algo bueno en Judá, el Señor apartó su ira de él y no lo destruyó por completo;

Moisés y Aarón se presentaron ante el faraón y le advirtieron: «Así dice el Señor y Dios de los hebreos: “¿Hasta cuándo te opondrás a humillarte en mi presencia? Deja ir a mi pueblo para que me rinda culto.

yo también seguiré oponiéndome a ustedes. Yo mismo los heriré siete veces por sus pecados.

entonces yo también en mi ira me opondré a ustedes. Siete veces los castigaré por sus pecados,

Deberá confesar su pecado y pagarle a la persona perjudicada una compensación por el daño causado, con un recargo del veinte por ciento.

Por eso, circunciden sus corazones y ya no sean tercos.

Y cuando les sobrevengan muchos desastres y adversidades, este cántico servirá de testimonio contra ellos porque sus descendientes lo recordarán y lo cantarán. Yo conozco los pensamientos de mi pueblo, aun antes de introducirlo en la tierra que juré darle».

Ustedes se consolarán cuando vean la conducta y las obras de esa gente; sabrán que lo que hice contra Jerusalén no fue sin razón, afirma el Señor y Dios».




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