Cuando yo destruya la provisión de pan, diez mujeres hornearán para ustedes pan en un solo horno. Y lo distribuirán racionado, de tal manera que comerán, pero no se saciarán.
Pues bien, cocinamos a mi hijo y nos lo comimos, pero, al día siguiente, cuando le pedí que entregara su hijo para que nos lo comiéramos, resulta que ya lo había escondido.