que dijera a los israelitas: «Estas son las fiestas que yo he establecido y a las que ustedes han de convocar como fiestas solemnes en mi honor. Yo, el Señor, las establecí.
»Estas son las fiestas que el Señor ha establecido, y a las que ustedes habrán de convocar como fiestas solemnes en su honor, para presentarle ofrendas puestas al fuego, holocaustos, ofrendas de cereal, sacrificios y ofrendas líquidas, tal como está ordenado para cada día.
»Estas son las ofrendas que presentarás al Señor en las fiestas designadas, aparte de otras promesas, ofrendas voluntarias, holocaustos, ofrendas de cereales, ofrendas líquidas y sacrificios de comunión que quieras presentarle».
»Cuando celebren fiestas en fechas solemnes o festival de luna nueva, también tocarán trompetas para anunciar los holocaustos y los sacrificios de comunión. Así Dios se acordará de ustedes. Yo soy el Señor su Dios».
¡Miren! Ya se acerca por los montes el que anuncia las buenas nuevas, el que proclama la paz. ¡Celebra tus fiestas, Judá! ¡Paga tus promesas! Porque no volverán a invadirte los malvados, pues han sido destruidos por completo.
Entréguense al ayuno, convoquen a una asamblea sagrada. Reúnan a los ancianos del pueblo en la casa del Señor su Dios; reúnan a todos los habitantes del país, y clamen al Señor.
Los caminos a Sión están de duelo; ya nadie asiste a sus fiestas solemnes. Las puertas de la ciudad se ven desoladas: sollozan sus sacerdotes, se turban sus doncellas, ¡toda ella es amargura!
Mira a Sión, la ciudad de nuestras fiestas; tus ojos verán a Jerusalén, morada apacible, campamento bien plantado; sus estacas jamás se arrancarán ni se romperá ninguna de sus sogas.
acordaron pregonar por todo Israel, desde Dan hasta Berseba, que todos debían acudir a Jerusalén para celebrar la Pascua del Señor, Dios de Israel, pues muchos no la celebraban como está ordenado.
Ese mismo día convocarán ustedes a una asamblea sagrada, y en ese día no harán ningún trabajo. Este será un estatuto perpetuo para todos tus descendientes, dondequiera que habiten.
Así mismo, debían ofrecer todos los holocaustos que se presentaban al Señor los sábados, los días de luna nueva y durante las otras fiestas. Así que siempre servían al Señor, según el número y la función que se les asignaba.
»”En cualquier pleito, los sacerdotes servirán como jueces y juzgarán según mis leyes. En todas mis fiestas observarán mis ordenanzas y mis estatutos; deberán santificar mis sábados.
Luego Salomón envió este mensaje a Hiram, rey de Tiro: «Envíame madera de cedro, tal como lo hiciste con mi padre David cuando se la enviaste para que se construyera un palacio.
al igual que los holocaustos diarios, los de luna nueva, los de las fiestas sagradas ordenadas por el Señor y los que el pueblo le ofrecía voluntariamente.