Estos eran de sentimientos más nobles que los de Tesalónica, de modo que estuvieron muy dispuestos a recibir el mensaje y todos los días examinaban las Escrituras para ver si era verdad lo que se les anunciaba.
Hay, sin embargo, rumiantes que no tienen la pezuña partida. De esos animales no podrán comer los siguientes: »El camello, porque es rumiante, pero no tiene la pezuña partida en dos; este animal será impuro para ustedes.