Tráigannos dos novillos. Que escojan ellos uno, lo descuarticen y pongan los pedazos sobre la leña, pero sin prenderle fuego. Yo prepararé el otro novillo y lo pondré sobre la leña, pero tampoco le prenderé fuego.
El oferente presentará al Señor, como ofrenda puesta al fuego, las siguientes partes del sacrificio de comunión: la grasa que recubre los intestinos y la que se adhiere a estos,
Colocados en el interior, sobre las paredes en derredor, estaban los ganchos dobles, que medían un palmo de largo. Sobre las mesas se ponía la carne de las ofrendas.