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Referencias Cruzadas

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Jueces 4:3

Biblia Nueva Versión Internacional 2022

Los israelitas clamaron al Señor porque Jabín tenía novecientos carros de hierro y durante veinte años había oprimido cruelmente a los israelitas.

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19 Referencias Cruzadas  

El Señor estaba con los hombres de Judá. Estos tomaron posesión de la región montañosa, pero no pudieron expulsar a los que vivían en las llanuras, porque esa gente contaba con carros de hierro.

Sus enemigos los oprimieron, los sometieron a su poder.

Pero clamaron al Señor y él hizo que surgiera un libertador, Otoniel, hijo de Quenaz, hermano menor de Caleb. Y Otoniel liberó a los israelitas.

Si Dios los hería de muerte, entonces lo buscaban, y con ansias se volvían de nuevo a él.

Invócame en el día de la angustia; yo te libraré y tú me honrarás».

y dijeron a Samuel: «No dejes de clamar al Señor por nosotros, para que nos salve del poder de los filisteos».

Entonces se deshicieron de los dioses extranjeros que había entre ellos y adoraron al Señor. Y el Señor no pudo soportar más el sufrimiento de Israel.

Dios eligió nuevos líderes, cuando la guerra llegó a las puertas de la ciudad, pero no se veía ni un escudo ni una lanza entre cuarenta mil hombres de Israel.

Los israelitas volvieron a clamar al Señor, y el Señor levantó un libertador: Aod, hijo de Guerá, de la tribu de Benjamín, quien era zurdo. Por medio de él los israelitas enviaron tributo a Eglón, rey de Moab.

Los descendientes de José replicaron: —La región montañosa nos queda muy pequeña y los cananeos que viven en el llano poseen carros de hierro, tanto los de Betseán y sus poblaciones como los del valle de Jezrel.

Un pueblo desconocido se comerá los frutos de tu tierra y todo el producto de tu trabajo; para ti solo habrá opresión y malos tratos cada día.

En pleno día andarás a tientas como ciego en la oscuridad. Fracasarás en todo lo que hagas; día tras día serás oprimido; te robarán y no habrá nadie que te socorra.

En aquel tiempo lideraba a Israel una profetisa llamada Débora, que era esposa de Lapidot.

Sísara convocó a sus novecientos carros de hierro y a todos sus soldados, desde Jaroset Goyim hasta el arroyo Quisón.

Mucho tiempo después murió el rey de Egipto. Los israelitas, sin embargo, seguían lamentando su condición de esclavos y clamaban pidiendo ayuda. Sus gritos desesperados llegaron a oídos de Dios,

Era tal la miseria de los israelitas por causa de los madianitas que clamaron al Señor pidiendo ayuda.

Entonces los israelitas clamaron al Señor: —¡Hemos pecado contra ti al abandonar a nuestro Dios y adorar a los ídolos de Baal!




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