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Referencias Cruzadas

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Jueces 3:1

Biblia Nueva Versión Internacional 2022

Las siguientes naciones son las que el Señor dejó a salvo para poner a prueba a todos los israelitas que no habían participado en ninguna de las guerras de Canaán.

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20 Referencias Cruzadas  

En el crisol se prueba la plata y en el horno se prueba el oro, pero los corazones los prueba el Señor.

El Señor tu Dios expulsará a las naciones que te salgan al paso, pero lo hará poco a poco. No las eliminarás a todas de una sola vez, para que los animales salvajes no se multipliquen ni invadan tu territorio.

«Te he puesto entre mi pueblo como probador de metales y fortaleza, para que escudriñes y examines su conducta.

Él, en cambio, conoce mis caminos; si me pusiera a prueba, saldría yo puro como el oro.

También murió toda aquella generación y surgió otra que no conocía al Señor ni sabía lo que él había hecho por Israel.

En el desierto te alimentó con maná, comida que jamás conocieron tus antepasados. Así te humilló y te puso a prueba, para que a fin de cuentas te fuera bien.

Recuerda que durante cuarenta años el Señor tu Dios te llevó por todo el camino del desierto, para humillarte y ponerte a prueba. Así llegaría a conocer lo que había en tu corazón y vería si cumplirías o no sus mandamientos.

A los hijos de esa mujer los heriré de muerte. Así sabrán todas las iglesias que yo soy el que escudriña la mente y el corazón y a cada uno de ustedes lo trataré de acuerdo con sus obras.

Queridos hermanos, no se extrañen del fuego de la prueba que están soportando, como si fuera algo insólito.

El oro, aunque perecedero, se acrisola al fuego. Así también la fe de ustedes, que vale mucho más que el oro, al ser acrisolada por las pruebas demostrará que es digna de aprobación, gloria y honor cuando Jesucristo se revele.

En cambio, Jesús no confiaba en ellos porque los conocía a todos;

Pero a esa parte restante la pasaré por el fuego; la refinaré como se refina la plata, la probaré como se prueba el oro. Entonces ellos me invocarán y yo responderé. Yo diré: “Ellos son mi pueblo”. Ellos dirán: “El Señor es nuestro Dios”.

Sin embargo, cuando los gobernantes de Babilonia enviaron una embajada para investigar acerca de la señal extraordinaria que había tenido lugar en el país, Dios se retiró de Ezequías para probarlo y descubrir todo lo que había en su corazón.

Moisés clamó al Señor y él le mostró un pedazo de madera, el cual echó Moisés al agua y al instante el agua se volvió dulce. En ese lugar el Señor los puso a prueba y les dio una regla como norma de conducta.

Después de la muerte de Josué, los israelitas preguntaron al Señor: —¿Quién de nosotros será el primero en subir y pelear contra los cananeos?

Por eso el Señor dejó en paz a esas naciones; no las echó enseguida ni las entregó en manos de Josué.

Lo hizo solamente para que los descendientes de los israelitas, que no habían tenido experiencia en el campo de batalla, aprendieran a combatir.

pero Salomón sometió a trabajos forzados a todos los que Israel no pudo destruir. Así continúan hasta el día de hoy.




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