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Referencias Cruzadas

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Jueces 1:16

Biblia Nueva Versión Internacional 2022

Los descendientes de Hobab el quenita, suegro de Moisés, acompañaron a la tribu de Judá desde la Ciudad de las Palmeras hasta el desierto de Judá, que está en el Néguev, cerca de Arad. Allí habitaron con la gente del lugar.

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26 Referencias Cruzadas  

Héber el quenita, por su parte, se había separado de los otros quenitas que descendían de Hobab, el suegro de Moisés, y armó su campamento junto al gran árbol que está en Sananín, cerca de Cedes.

Los quenitas se apartaron de los amalecitas, pues Saúl les dijo: «¡Váyanse de aquí! Salgan y apártense de los amalecitas. Ustedes fueron bondadosos con todos los israelitas cuando ellos salieron de Egipto. Así que no quiero destruirlos a ustedes junto con ellos».

Le mostró también la región del Néguev y la del valle de Jericó, la Ciudad de Palmeras, hasta Zoar.

Cuando el cananeo que reinaba en la ciudad de Arad y vivía en el Néguev se enteró de que los israelitas venían por el camino de Atarín, los atacó y capturó a algunos de ellos.

Luego de aliarse con los amonitas y los amalecitas, Eglón fue, atacó a Israel y se apoderó de la Ciudad de las Palmeras.

Mientras tanto, Sísara había huido a pie hasta la tienda de campaña de Jael, la esposa de Héber el quenita, pues había buenas relaciones entre Jabín, rey de Jazor, y el clan de Héber el quenita.

«Ve a la casa de los recabitas, invítalos para que vengan a una de las salas del Templo del Señor y ofréceles vino».

En aquel tiempo, el rey Acaz solicitó la ayuda de los reyes de Asiria,

el sexto, Ozén; y el séptimo, David.

el rey de Jormá, el rey de Arad,

Más tarde Moisés despidió a su suegro, quien volvió entonces a su país.

Dicho esto, Jetro presentó a Dios un holocausto y otros sacrificios, y Aarón y todos los jefes de Israel se sentaron a comer con el suegro de Moisés en presencia de Dios.

Moisés salió al encuentro de su suegro, se postró ante él y lo besó. Luego de intercambiar saludos y desearse lo mejor, entraron en la tienda de campaña.

Todo lo que Dios había hecho por Moisés y por su pueblo Israel, y la manera como el Señor había sacado a Israel de Egipto, llegó a oídos de Jetro, sacerdote de Madián y suegro de Moisés.

Moisés se fue de allí y volvió a la casa de Jetro, su suegro. Al llegar, le dijo: —Debo marcharme. Quiero volver a Egipto, donde están mis hermanos de sangre. Voy a ver si todavía viven. —Anda, pues; que te vaya bien —contestó Jetro.

Un día, Moisés estaba cuidando el rebaño de Jetro, su suegro, que era sacerdote de Madián, y llevó las ovejas hasta el otro extremo del desierto hasta llegar a Horeb, la montaña de Dios.

En aquellos días se presentó Juan el Bautista predicando en el desierto de Judea.

—Concédeme un gran favor —respondió ella—. Ya que me has dado tierras en el Néguev, dame también manantiales. Fue así como Caleb dio a su hija manantiales en las zonas altas y en las bajas.

Si Aquis preguntaba: «¿Qué región saqueaste hoy?», David respondía: «La del sur de Judá»; o bien: «La del sur de Jeramel»; o «La del sur, donde viven los quenitas».

Racal, las ciudades de Jeramel, las ciudades quenitas

Luego el Señor dijo: «Este es el territorio que juré a Abraham, Isaac y Jacob que daría a sus descendientes. Te he permitido verlo con tus propios ojos, pero no podrás entrar en él».

Los clanes de la tribu de Benjamín poseyeron las siguientes ciudades: Jericó, Bet Joglá, Émec Casís,

y las familias de los escribas que vivían en Jabés, es decir, los tirateos, los simateos y los sucateos. Estos fueron los quenitas, descendientes de Jamat, padre de la familia de Recab.




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