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Referencias Cruzadas

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Juan 8:54

Biblia Nueva Versión Internacional 2022

—Si yo me glorifico a mí mismo —les respondió Jesús—, mi gloria no significa nada. Pero quien me glorifica es mi Padre, el que ustedes dicen que es su Dios,

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28 Referencias Cruzadas  

Yo no busco mi propia gloria; pero hay uno que la busca y él es el juez.

No hace bien comer mucha miel ni es honroso buscar la propia gloria.

Él recibió honor y gloria de parte de Dios el Padre cuando desde la majestuosa gloria se le dirigió aquella voz que dijo: «Este es mi Hijo amado; estoy muy complacido con él».

Porque no es aprobado el que se recomienda a sí mismo, sino aquel a quien recomienda el Señor.

El Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, el Dios de nuestros antepasados, ha glorificado a su siervo Jesús. Ustedes lo entregaron y lo rechazaron ante Pilato, aunque este había decidido soltarlo.

Después de que Jesús dijo esto, dirigió la mirada al cielo y oró así: «Padre, ha llegado la hora. Glorifica a tu Hijo, para que tu Hijo te glorifique a ti,

Las obras de ustedes son como las de su padre. —Nosotros no somos hijos ilegítimos —le reclamaron—. Un solo Padre tenemos y es Dios mismo.

El que habla por cuenta propia busca su vanagloria; en cambio, el que busca glorificar al que lo envió es una persona íntegra y sin maldad.

Por medio de él ustedes creen en Dios, que lo resucitó y glorificó, de modo que su fe y su esperanza están puestas en Dios.

A ellos se les reveló que no se estaban sirviendo a sí mismos, sino que les servían a ustedes. Hablaban de las cosas que ahora les han anunciado los que les predicaron acerca de las buenas noticias por medio del Espíritu Santo enviado del cielo. Aun los mismos ángeles anhelan contemplar esas cosas.

Y ahora, Padre, glorifícame en tu presencia con la gloria que tuve contigo antes de que el mundo existiera.

Con esto se refería al Espíritu que habrían de recibir más tarde los que creyeran en él. Hasta ese momento el Espíritu no había sido dado, porque Jesús no había sido glorificado todavía.

»No acepto que la gente me dé gloria.

Esta primera señal milagrosa la hizo Jesús en Caná de Galilea. Así reveló su gloria y sus discípulos creyeron en él.

Entonces el Señor dijo a Oseas: «Ponle por nombre: Loamí, porque ustedes no son mi pueblo y yo no soy su Dios.

Escuchen la palabra del Señor, ustedes que tiemblan ante su palabra: «Así dicen sus hermanos que los odian y los excluyen por causa de mi nombre: “¡Que el Señor sea glorificado, para que veamos la alegría de ustedes!”. Pero ellos serán los avergonzados.




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