Y sin embargo a mí, que les digo la verdad, no me creen.
Con toda perversidad engañará a los que se pierden por haberse negado a amar la verdad y así ser salvos.
¡Y ahora resulta que por decirles la verdad me he vuelto su enemigo!
—¡Así que eres rey! —le dijo Pilato. Jesús contestó: —Eres tú quien dice que soy rey. Yo para esto nací y para esto vine al mundo: para dar testimonio de la verdad. Todo el que está de parte de la verdad escucha mi voz.
El mundo no tiene motivos para aborrecerlos; a mí, sin embargo, me aborrece porque yo testifico que sus obras son malas.
¿Quién de ustedes me puede probar que soy culpable de pecado? Si digo la verdad, ¿por qué no me creen?