Juan 7:14

Biblia Nueva Versión Internacional 2022

Jesús esperó hasta la mitad de la fiesta para subir al Templo y comenzar a enseñar.

Referencias Cruzadas

Juan 7:28

Por eso Jesús, que seguía enseñando en el Templo, exclamó: —¡Conque ustedes me conocen y saben de dónde vengo! No he venido por mi propia cuenta, sino que me envió uno que es digno de confianza. Ustedes no lo conocen,

Lucas 19:47

Todos los días enseñaba en el Templo, y los jefes de los sacerdotes, los maestros de la Ley y los dirigentes del pueblo procuraban matarlo.

Juan 18:20

—Yo he hablado abiertamente al mundo —respondió Jesús—. Siempre he enseñado en las sinagogas o en el Templo, donde se congregan todos los judíos. En secreto no he dicho nada.

Juan 8:2

Al amanecer se presentó de nuevo en el Templo. Toda la gente se le acercó, y él se sentó a enseñarles.

Juan 7:37

En el último día, el más solemne de la fiesta, Jesús se puso de pie y exclamó: —¡Si alguno tiene sed, que venga a mí y beba!

Juan 7:2

Faltaba poco tiempo para la fiesta judía de las Enramadas,

Juan 5:14

Después de esto Jesús lo encontró en el Templo y le dijo: —Mira, ya has quedado sano. No vuelvas a pecar, no sea que te ocurra algo peor.

Mateo 26:55

Y de inmediato dijo a la turba: —¿Acaso soy un bandido para que vengan con espadas y palos a arrestarme? Todos los días me sentaba a enseñar en el Templo y no me arrestaron.

Mateo 21:12

Jesús entró en el Templo y echó de allí a todos los que compraban y vendían. Volcó las mesas de los que cambiaban dinero y los puestos de los que vendían palomas.

Malaquías 3:1

«Yo estoy por enviar a mi mensajero para que prepare el camino delante de mí. De pronto vendrá a su Templo el Señor a quien ustedes buscan; vendrá el mensajero del pacto, a quien ustedes desean» —dice el Señor de los Ejércitos.

Números 29:17

»El segundo día prepararás doce terneros, dos carneros y catorce corderos de un año y sin defecto.

Números 29:20

»El tercer día prepararás once novillos, dos carneros y catorce corderos de un año y sin defecto.

Juan 8:20

Estas palabras las dijo Jesús en el lugar donde se depositaban las ofrendas, mientras enseñaba en el Templo. Pero nadie le echó mano, porque aún no había llegado su tiempo.