Sin embargo, algunas barcas de Tiberíades se aproximaron al lugar donde la gente había comido el pan después de haber dado gracias el Señor.
Algún tiempo después, Jesús se fue a la otra orilla del lago de Galilea o de Tiberíades.
Tomando los siete panes y los pescados, dio gracias, los partió y se los fue dando a los discípulos. Estos, a su vez, los distribuyeron a la gente.
Al verla, el Señor se compadeció de ella y le dijo: —No llores.
y los envió al Señor a preguntarle: —¿Eres tú el que ha de venir o debemos esperar a otro?