—Sé que viene el Mesías, al que llaman el Cristo —respondió la mujer—. Cuando él venga nos explicará todas las cosas.
—Rabí, ¡tú eres el Hijo de Dios! ¡Tú eres el Rey de Israel! —declaró Natanael.
—Ya no creemos solo por lo que tú dijiste —decían a la mujer—; ahora lo hemos oído nosotros mismos y sabemos que verdaderamente este es el Salvador del mundo.
—Vengan a ver a un hombre que me ha dicho todo lo que he hecho. ¿No será este el Cristo?
y Jacob, padre de José, que fue el esposo de María, de la cual nació Jesús llamado el Cristo.
Muchos de los samaritanos que vivían en aquel pueblo creyeron en él por el testimonio que daba la mujer: «Me ha dicho todo lo que he hecho».
Así que, cuando se reunió la multitud, Pilato preguntó: —¿A quién quieren que suelte: a Jesús Barrabás o a Jesús, al que llaman Cristo?
—¿Y qué voy a hacer con Jesús, al que llaman Cristo? —preguntó Pilato. —¡Crucifícalo! —respondieron todos.
Hoy ha nacido en la Ciudad de David un Salvador, que es Cristo el Señor.