Jesús hizo muchas otras señales en presencia de sus discípulos, las cuales no están registradas en este libro.
Jesús hizo también muchas otras cosas, tantas que, si se escribiera cada una de ellas, pienso que los libros escritos no cabrían en el mundo entero.
Escribo estas cosas a ustedes que creen en el nombre del Hijo de Dios, para que sepan que tienen vida eterna.
Todo eso les sucedió para servir de ejemplo y quedó escrito para advertencia nuestra, pues a nosotros nos ha llegado el fin de los tiempos.
De hecho, todo lo que se escribió en el pasado se escribió para enseñarnos, a fin de que alentados por las Escrituras, perseveremos en mantener nuestra esperanza.
Esta primera señal milagrosa la hizo Jesús en Caná de Galilea. Así reveló su gloria y sus discípulos creyeron en él.
Y mucha gente lo seguía porque veían las señales que hacía en los enfermos.