Tomás, al que apodaban el Gemelo y que era uno de los doce, no estaba con los discípulos cuando llegó Jesús.
Entonces Tomás, apodado el Gemelo, dijo a los otros discípulos: —Vayamos también nosotros para morir con él.
No dejemos de congregarnos, como acostumbran hacer algunos, sino animémonos unos a otros, y con mayor razón ahora que vemos que aquel día se acerca.
Estaban juntos Simón Pedro, Tomás, al que apodaban el Gemelo, Natanael, el de Caná de Galilea, los hijos de Zebedeo y otros dos discípulos.
Dijo entonces Tomás: —Señor, no sabemos a dónde vas, así que ¿cómo podemos conocer el camino?
Felipe y Bartolomé; Tomás y Mateo, el recaudador de impuestos; Santiago, hijo de Alfeo, y Tadeo;
Porque donde dos o tres se reúnen en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos».
—¿No los he escogido yo a ustedes doce? —respondió Jesús—. No obstante, uno de ustedes es un diablo.
Se refería a Judas, hijo de Simón Iscariote, uno de los doce, quien lo iba a traicionar.