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Referencias Cruzadas

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Juan 14:27

Biblia Nueva Versión Internacional 2022

La paz les dejo; mi paz les doy. Yo no se la doy a ustedes como la da el mundo. No se angustien ni se acobarden.

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65 Referencias Cruzadas  

Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, cuidará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús.

Yo les he dicho estas cosas para que en mí hallen paz. En este mundo afrontarán aflicciones, pero ¡anímense! Yo he vencido al mundo.

Así que no temas, porque yo estoy contigo; no te angusties, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré y te ayudaré; te sostendré con la diestra de mi justicia.

Que el Señor de paz les conceda su paz siempre y en todas las circunstancias. El Señor sea con todos ustedes.

Que gobierne en sus corazones la paz de Cristo, a la cual fueron llamados en un solo cuerpo. Y sean agradecidos.

Pues Dios no nos ha dado un espíritu de timidez, sino de poder, de amor y de dominio propio.

Que el Dios de la esperanza los llene de toda alegría y paz a ustedes que creen en él, para que rebosen de esperanza por el poder del Espíritu Santo.

el Señor mueva su rostro hacia ti y te conceda la paz”.

La mente gobernada por la carne es muerte, mientras que la mente que proviene del Espíritu es vida y paz.

No tengas temor delante de ellos que yo estoy contigo para librarte», afirma el Señor.

Que Dios nuestro Padre y el Señor Jesucristo les concedan gracia y paz.

En cambio, el fruto del Espíritu es amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad,

El Señor fortalece a su pueblo; el Señor bendice a su pueblo con la paz.

En consecuencia, ya que hemos sido justificados mediante la fe, tenemos paz con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo.

»No se angustien. Confíen en Dios y confíen también en mí.

Porque nos ha nacido un niño, se nos ha concedido un hijo; la soberanía reposará sobre sus hombros y se le darán estos nombres: Consejero Admirable, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz.

No temerá recibir malas noticias; su corazón estará firme, confiado en el Señor.

Porque, si cuando éramos enemigos de Dios, fuimos reconciliados con él mediante la muerte de su Hijo, ¡con cuánta más razón, habiendo sido reconciliados, seremos salvados por su vida!

—¡La paz sea con ustedes! —repitió Jesús—. Como el Padre me envió a mí, así yo los envío a ustedes.

confío en Dios y no siento miedo. ¿Qué puede hacerme un simple mortal?

No temerás el terror de la noche ni la flecha que vuela de día

y por medio de él, reconciliar consigo todas las cosas, tanto las de la tierra como las del cielo, haciendo la paz mediante la sangre que derramó en la cruz.

Les escribo a todos los amados de Dios que están en Roma, que han sido llamados a ser su pueblo santo. Que Dios nuestro Padre y el Señor Jesucristo les concedan gracia y paz.

El Señor instruirá a todos tus hijos y grande será su paz.

El amor y la verdad se encontrarán; se besarán la justicia y la paz.

Que Dios nuestro Padre y el Señor Jesucristo les concedan gracia y paz.

Cuando siento miedo, pongo en ti mi confianza.

Al atardecer de aquel primer día de la semana, estando reunidos los discípulos a puerta cerrada por temor a los judíos, entró Jesús y poniéndose en medio de ellos, dijo: —¡La paz sea con ustedes!

Gracia y paz a ustedes, de Dios el Padre y el Señor Jesucristo.

Dios envió su mensaje al pueblo de Israel, anunciando las buenas noticias de la paz por medio de Jesucristo, que es el Señor de todos.

«Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz a los que gozan de su buena voluntad».

para dar luz a los que viven en tinieblas y en sombra de muerte, para guiar nuestros pasos por la senda de la paz».

El Dios de paz levantó de entre los muertos al gran Pastor de las ovejas, a nuestro Señor Jesús, por la sangre del pacto eterno.

Una noche el Señor dijo a Pablo en una visión: «No tengas miedo; sigue hablando y no te calles,

»Así que no les tengan miedo, porque no hay nada encubierto que no llegue a revelarse, como tampoco hay nada escondido que no llegue a conocerse.

Ustedes saldrán con alegría y serán guiados en paz. A su paso, las montañas y las colinas prorrumpirán en gritos de júbilo y aplaudirán todos los árboles del bosque.

El Señor es mi luz y mi salvación; ¿a quién temeré? El Señor es el baluarte de mi vida; ¿quién me asustará?

No tengas miedo de lo que estás por sufrir. Te advierto que el diablo meterá a algunos de ustedes en la cárcel para ponerlos a prueba y sufrirán aflicciones durante diez días. Sé fiel hasta la muerte y yo te daré la corona de la vida.

Yo, Juan, escribo a las siete iglesias que están en la provincia de Asia: Gracia y paz a ustedes de parte de aquel que es y que era y que ha de venir, y de parte de los siete espíritus que están delante de su trono;

A su vez, Abraham le dio el diezmo de todo. El nombre Melquisedec significa en primer lugar: «rey de justicia» y, además, «rey de Salén», esto es, «rey de paz».

Una semana más tarde estaban los discípulos de nuevo en la casa y Tomás estaba con ellos. Aunque las puertas estaban cerradas, Jesús entró y, poniéndose en medio de ellos, los saludó. —¡La paz sea con ustedes!

Tú, hijo de hombre, no tengas miedo de ellos ni de sus palabras, por más que estés en medio de cardos y espinas, y vivas rodeado de escorpiones. No temas por lo que digan ni te sientas atemorizado, porque son un pueblo rebelde.

No me arrastres con los malvados, con los que hacen iniquidad, con los que hablan de paz con su prójimo, pero en sus corazones planean maldad.

El rey Nabucodonosor, a todos los pueblos y naciones que habitan en este mundo y a toda lengua: ¡Paz y prosperidad!

No temerás ningún desastre repentino, ni la desgracia que sobreviene a los impíos.

Pero los cobardes, los incrédulos, los abominables, los asesinos, los que cometen inmoralidades sexuales, los que practican artes mágicas, los idólatras y todos los mentirosos recibirán como herencia el lago de fuego y azufre. Esta es la segunda muerte».

Paz y misericordia desciendan sobre todos los que siguen esta norma y sobre el Israel de Dios.

»En cualquier casa que entren, digan primero: “Paz a esta casa”.

Él reconstruirá el Templo del Señor, se revestirá de majestad y se sentará a gobernar en su trono. También un sacerdote se sentará en su propio trono y entre ambos habrá armonía”.

les haré proclamar esta alabanza: ¡Paz a los que están lejos y paz a los que están cerca! Yo los sanaré», dice el Señor,

Que en sus días florezca la justicia, y que abunde la paz, hasta que la luna deje de existir.

a los fieles creyentes en Cristo que están en Colosas: Que Dios nuestro Padre les conceda gracia y paz.

»A ustedes, mis amigos, les digo que no teman a los que matan el cuerpo, pero después no pueden hacer más.

No temas, gusano Jacob, pequeño Israel, porque yo mismo te ayudaré», afirma el Señor, ¡el Santo de Israel, tu Redentor!

Entonces, el rey Darío escribió un decreto a todos los pueblos, naciones y lenguas de la tierra: ¡Paz y prosperidad!

¡Dios es mi salvación! Confiaré en él y no temeré. El Señor es mi fuerza, el Señor es mi canción; ¡él es mi salvación!».

En el Señor hallo refugio. ¿Cómo se atreven a decirme: «Huye al monte como las aves»?

¿Pero quién puede condenarlo si él decide guardar silencio? ¿Quién puede verlo si oculta su rostro? Él está por encima de pueblos y personas,

Me ha quitado la paz; ya no recuerdo lo que es la dicha.

Así juzgará con justicia a tu pueblo y con juicios justos a tus pobres.

Por lo tanto, el reinado de Josafat disfrutó de tranquilidad y Dios le dio paz por todas partes.




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