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Referencias Cruzadas

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Juan 12:38

Biblia Nueva Versión Internacional 2022

Así se cumplió lo dicho por el profeta Isaías: «Señor, ¿quién ha creído a nuestro mensaje y a quién se ha revelado el brazo del Señor?».

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24 Referencias Cruzadas  

¿Quién ha creído a nuestro mensaje y a quién se ha revelado el brazo del Señor?

Sin embargo, no todos los israelitas aceptaron las buenas noticias. Isaías dice: «Señor, ¿quién ha creído a nuestro mensaje?».

Luego Isaías se atreve a decir: «Dejé que me hallaran los que no me buscaban; me di a conocer a los que no preguntaban por mí».

pero para los que Dios ha llamado, sean judíos o no sean, Cristo es el poder de Dios y la sabiduría de Dios.

revelarme a su Hijo para que yo lo predicara entre los no judíos, no consulté con nadie.

—Dichoso tú, Simón, hijo de Jonás —dijo Jesús—, porque eso no te lo reveló ningún mortal, sino mi Padre que está en el cielo.

Porque no fue su espada la que conquistó la tierra ni fue su brazo el que les dio la victoria: fue tu brazo, tu mano derecha; fue la luz de tu rostro, porque tú los amabas.

Por ese motivo, el rey Ezequías y el profeta Isaías, hijo de Amoz, clamaron al cielo en oración.

—No la dividamos —se dijeron unos a otros—. Echemos suertes para ver a quién le toca. Y así lo hicieron los soldados. Esto sucedió para que se cumpliera la Escritura que dice: «Se repartieron entre ellos mi manto y sobre mi ropa echaron suertes».

Mientras estaba con ellos, los protegía y los cuidaba mediante el nombre que me diste y ninguno se perdió sino aquel que eligió perderse, a fin de que se cumpliera la Escritura.

Pero esto sucede para que se cumpla lo que está escrito en la Ley de ellos: “Me odiaron sin motivo”.

¡Hipócritas! Tenía razón Isaías cuando profetizó de ustedes:

¡Despierta, brazo del Señor! ¡Despierta y vístete de fuerza! Despierta, como en los días pasados, como en las generaciones de antaño. ¿No fuiste tú el que despedazó a Rahab, el que traspasó a ese monstruo marino?

Ya se acerca mi justicia, mi salvación está en camino; ¡mi brazo juzgará a las naciones! Las costas lejanas confían en mí y ponen su esperanza en mi brazo.

Lo crucificaron y repartieron su ropa, echando suertes.

A pesar de haber hecho Jesús todas estas señales en presencia de ellos, todavía no creían en él.

Por eso no podían creer, pues también había dicho Isaías:




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