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Referencias Cruzadas

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Josué 5:1

Biblia Nueva Versión Internacional 2022

En efecto, un gran pánico invadió a todos los reyes amorreos que estaban al oeste del Jordán y a los reyes cananeos de la costa del Mediterráneo cuando se enteraron de que el Señor había secado el Jordán para que los israelitas lo cruzaran. ¡No se atrevían a hacerles frente!

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32 Referencias Cruzadas  

Los amalecitas habitan el Néguev; los hititas, jebuseos y amorreos viven en la montaña, y los cananeos ocupan la zona costera y la ribera del río Jordán.

los manjares de su mesa, los asientos que ocupaban sus funcionarios, la ropa de los camareros y los coperos, y los holocaustos que ofrecía en el Templo del Señor, quedó muy impresionada.

Aterrorizados al ver semejante castigo, se mantendrán a distancia y gritarán: «¡Ay! ¡Ay de ti, la gran ciudad, Babilonia, ciudad poderosa, porque en una sola hora ha llegado tu juicio!».

»Fui yo quien destruí a los amorreos delante de ellos; aunque eran altos como el cedro y fuertes como la encina; destruí su fruto arriba y sus raíces abajo.

el rostro le palideció del susto, las rodillas comenzaron a temblarle y apenas podía sostenerse.

Y, cuando te pregunten por qué lloras así, diles que es por la noticia de lo que va a suceder. Esta noticia hará que todos los corazones desfallezcan y todas las manos caigan; que todos los ánimos decaigan y todas las rodillas tiemblen. ¡Ya está por llegar! ¡Ya es una realidad! Yo, el Señor y Dios, lo afirmo».

Adviértele que así dice el Señor y Dios: “Jerusalén, tú eres cananea de origen y de nacimiento; tu padre era amorreo y tu madre, hitita.

a Sijón, el rey amorreo; a Og, el rey de Basán, y a todos los reyes de Canaán.

Después de todo esto, se me acercaron los líderes y me dijeron: «El pueblo de Israel, incluso los sacerdotes y levitas, no se ha mantenido separado de los pueblos vecinos, sino que practica las costumbres abominables de todos ellos, es decir, de los cananeos, hititas, ferezeos, jebuseos, amonitas, moabitas, egipcios y amorreos.

Los gabaonitas no pertenecían a la nación de Israel, sino que eran un remanente de los amorreos. Los israelitas habían hecho un pacto con ellos, pero tanto era el celo de Saúl por Israel y Judá que trató de exterminarlos. Entonces David convocó a los gabaonitas

Por la mañana, cuando a Nabal ya se le había pasado la borrachera, su esposa contó lo sucedido. Al oírlo, Nabal sufrió un ataque al corazón y quedó paralizado.

»”El Señor, Dios de Israel, les quitó esta tierra a los amorreos para dársela a su pueblo Israel, ¿y tú nos la vas a quitar?

Así que el Señor los entregó en manos de Jabín, un rey cananeo que reinaba en Jazor. El comandante de su ejército era Sísara, que vivía en Jaroset Goyim.

Quedaron los cinco gobernantes de los filisteos, todos los cananeos, los sidonios y heveos que vivían en los montes del Líbano, desde el monte de Baal Hermón hasta Lebó Jamat.

Después de la muerte de Josué, los israelitas preguntaron al Señor: —¿Quién de nosotros será el primero en subir y pelear contra los cananeos?

Pero si les parece mal servir al Señor, elijan ustedes mismos a quiénes van a servir: a los dioses que sirvieron sus antepasados al otro lado del río Éufrates o a los dioses de los amorreos, en cuya tierra ustedes ahora habitan. Por mi parte, mi familia y yo serviremos al Señor».

sino que poseerán la región de los bosques. Limpien esa región y ocúpenla hasta sus límites más lejanos. Y a pesar de que los cananeos tengan carros de hierro y sean muy fuertes, ustedes los podrán expulsar.

Los miembros de la tribu de Manasés no pudieron habitar estas ciudades, porque los cananeos estaban decididos a vivir en ellas.

»Delante de ti enviaré avispas, para que ahuyenten a los heveos, cananeos e hititas.

Y a ti, que estás por encima de tus hermanos, te doy Siquén, tierra que arrebaté a los amorreos con mi espada y con mi arco.

Abram atravesó toda esa región hasta llegar a Siquén, donde se encuentra el gran árbol de Moré. En aquella época, los cananeos vivían en esa región.

Lo han visto las costas lejanas y temen; tiemblan los confines de la tierra. ¡Ya se acercan, ya vienen!

estas dejaron de fluir y formaron un muro a gran distancia, más o menos a la altura del pueblo de Adán, junto a Saretán. A la vez, dejaron de correr las aguas que fluían en el mar del Arabá, es decir, el mar Muerto, y así el pueblo pudo cruzar hasta quedar frente a Jericó.

Por su parte, los sacerdotes que portaban el arca del pacto del Señor permanecieron de pie en tierra seca, en medio del Jordán, mientras todo el pueblo de Israel terminaba de cruzar el río por el cauce totalmente seco.




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