Conste que, si nos delatas, nosotros quedaremos libres del juramento que nos obligaste hacer.
La gente chismosa revela los secretos; la gente confiable es discreta.
Quien salga de la casa en ese momento será responsable de su propia vida y nosotros seremos inocentes. Solo nos haremos responsables de quienes permanezcan en la casa si alguien se atreve a ponerles la mano encima.
—De acuerdo —respondió Rajab—. Que sea tal como ustedes han dicho. Luego los despidió; ellos partieron y ella ató el cordón rojo a la ventana.