Y aunque el Señor te prometió que jamás volverías por el camino de Egipto, te hará volver en barcos. Allá te ofrecerás a tus enemigos como esclavo y no habrá nadie que quiera comprarte.
Tensaré a Judá como mi arco, y pondré a Efraín como mi flecha. Sión, levantaré a tus hijos en contra de los hijos de Grecia y te usaré como espada de guerrero.