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Referencias Cruzadas

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Jeremías 9:23

Biblia Nueva Versión Internacional 2022

Así dice el Señor: «Que no se gloríe el sabio de su sabiduría, ni el poderoso de su poder, ni el rico de su riqueza.

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54 Referencias Cruzadas  

¡Ay de los que se consideran sabios, de los que se creen inteligentes!

Me fijé de nuevo que bajo el sol la carrera no la ganan los más veloces ni ganan la batalla los más valientes; tampoco los sabios tienen qué comer ni los inteligentes abundan en dinero, ni los instruidos gozan de simpatía; sino que a todos les llegan buenos y malos tiempos.

Aunque afirmaban ser sabios, se volvieron necios

»La plata la arrojarán a las calles y el oro lo verán como algo impuro. En el día de la ira del Señor, ni el oro ni la plata podrán salvarlos; no servirán para saciar su hambre y llenarse el estómago, porque el oro fue el causante de la caída de ustedes.

En el día de la ira de nada sirve ser rico, pero la justicia libra de la muerte.

Por eso yo, Nabucodonosor, alabo, exalto y glorifico al Rey del cielo, porque siempre procede con rectitud y justicia; además, es capaz de humillar a los soberbios.

No confíen en la extorsión ni se hagan ilusiones con sus rapiñas; y aunque se multipliquen sus riquezas, no pongan el corazón en ellas.

No se te ocurra pensar: «Esta riqueza es fruto de mi poder y de la fuerza de mis manos».

Porque el amor al dinero es la raíz de toda clase de males. Por codiciarlo, algunos se han desviado de la fe y se han causado muchísimos sinsabores.

Los discípulos se asombraron de sus palabras. —Hijos, ¡qué difícil es entrar en el reino de Dios! —repitió Jesús—.

No los podrán librar ni su plata ni su oro en el día de la ira del Señor. »En el fuego de su celo será toda la tierra consumida; en un instante reducirá a la nada a todos los habitantes de la tierra».

La tierra de Egipto quedará en ruinas. Entonces sabrán que yo soy el Señor. »”Tú dijiste: ‘El Nilo es mío, es mi creación’.

Pues dice: “¿Acaso no son reyes todos mis comandantes?

¿Y quién sabe si este sería sabio o necio? Sin embargo, se adueñaría de lo que con tanto esmero y sabiduría logré hacer bajo el sol. ¡Y también esto es vanidad!

Echó una mirada a David y, al darse cuenta de que era apenas un muchacho, pelirrojo y buen mozo, con desprecio

En cuanto escuchen el sonido de trompetas, flautas, cítaras, liras, arpas, zampoñas y todo tipo de música, más les vale que se inclinen ante la estatua que he mandado hacer y la adoren. De lo contrario, serán lanzados de inmediato a un horno en llamas. ¿Y qué dios podrá librarlos de mis manos?

para que, como está escrito: «Si alguien ha de gloriarse, que se gloríe en el Señor».

Es más, todo lo considero pérdida por razón del incomparable valor de conocer a Cristo Jesús, mi Señor. Por él lo he perdido todo y lo tengo por estiércol, a fin de ganar a Cristo

Lo he perdido todo a fin de conocer a Cristo, experimentar el poder que se manifestó en su resurrección, participar en sus sufrimientos y llegar a ser semejante a él en su muerte.

No vayan a decirme: “Hemos hallado la sabiduría; que lo refute Dios y no los hombres”.

Confía en el Señor de todo corazón y no te apoyes en tu propia inteligencia.

De nada sirven ante el Señor la sabiduría, la inteligencia y el consejo.

Y los que confían en Cus y se enorgullecen de Egipto quedarán desanimados y avergonzados.

Tú has confiado en tu maldad, y has dicho: “Nadie me ve”. Tu sabiduría y tu conocimiento te engañan cuando a ti misma te dices: “Yo soy y no hay otra fuera de mí”.

Por cuanto confías en tus obras y en tus riquezas, también tú serás capturada. Quemós, tu dios, irá al exilio, junto con sus sacerdotes y oficiales.

¿Por qué te jactas de tus valles, de tus fértiles valles? Hija rebelde, tú confías en tus tesoros y dices: “¿Quién me atacará?”.

Tiene el lomo recubierto de hileras de escudos, todos ellos unidos en cerrado tejido;

El Señor ama la justicia y el derecho; llena está la tierra de su gran amor.

Engrandezcan al Señor conmigo; exaltemos a una su nombre.

Pero ahora nos has rechazado y humillado; ya no sales con nuestros ejércitos.

Ya nadie tendrá que enseñar a su prójimo; tampoco dirá nadie a su hermano: “¡Conoce al Señor!”, porque todos, desde el más pequeño hasta el más grande, me conocerán», afirma el Señor. «Porque yo perdonaré su iniquidad y nunca más me acordaré de sus pecados».

»¿Cómo se atreven a decir: “Somos guerreros, hombres valientes para la guerra”?

¡Él te ha mostrado, oh mortal, lo que es bueno! ¿Y qué es lo que espera de ti el Señor?: Practicar la justicia, amar la misericordia y caminar humildemente ante tu Dios.




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