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Referencias Cruzadas

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Jeremías 8:14

Biblia Nueva Versión Internacional 2022

¿Qué hacemos aquí sentados? ¡Vengan, y vámonos juntos a las ciudades fortificadas para morir allí! El Señor nuestro Dios nos está destruyendo. Nos ha dado a beber agua envenenada, porque hemos pecado contra él.

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23 Referencias Cruzadas  

Por tanto, así dice el Señor de los Ejércitos contra los profetas: «Haré que coman alimentos amargos y que beban agua envenenada, porque los profetas de Jerusalén han esparcido la impiedad por toda la tierra».

Por eso, así dice el Señor de los Ejércitos, el Dios de Israel: «A este pueblo le daré a comer alimentos amargos y a beber agua envenenada.

Recuerda que estoy afligido y ando errante, que estoy saturado de hiel y amargura.

Pero cuando Nabucodonosor, rey de Babilonia, invadió esta tierra, dijimos: “Vámonos a Jerusalén, para escapar del ejército babilonio y del ejército arameo”. Por eso ahora vivimos en Jerusalén».

Allí dieron a Jesús vino mezclado con hiel; pero después de probarlo, se negó a beberlo.

En mi comida pusieron hiel; para calmar mi sed me dieron vinagre.

Por eso David dijo a Abisay: «Ahora Sabá hijo de Bicrí va a perjudicarnos más que Absalón. Así que hazte cargo de la guardia real y sal a perseguirlo, no sea que llegue a alguna ciudad fortificada y se nos escape».

Asegúrense de que ningún hombre ni mujer ni clan ni tribu entre ustedes aparte hoy su corazón del Señor nuestro Dios para ir a adorar a los dioses de esas naciones. Tengan cuidado de que ninguno de ustedes sea como una raíz venenosa y amarga.

¡Que todo el mundo guarde silencio ante el Señor, quien ya avanza desde su santa morada!».

»En cambio, el Señor está en su santo templo. ¡Guarde toda la tierra silencio en su presencia!».

Y, cuando vengan a la casa para levantar los cadáveres y quemarlos, algún pariente preguntará a otro que ande en la casa: «¿Queda alguien más contigo?». Y aquel responderá: «No». Entonces dirá: «¡Silencio! No debemos invocar el nombre del Señor».

Reconocemos, Señor, nuestra maldad y la iniquidad de nuestros antepasados. ¡Hemos pecado contra ti!

Así que guardé silencio, me mantuve callado. ¡Ni aun lo bueno salía de mi boca! Pero mi angustia iba en aumento;

Su viña es un retoño de Sodoma, de los campos de Gomorra. Sus uvas están llenas de veneno; sus racimos, preñados de amargura.

Moisés dijo a Aarón: «De esto hablaba el Señor cuando dijo: »“En los que se acercan a mí manifestaré mi santidad, y ante todo el pueblo manifestaré mi gloria”». Y Aarón guardó silencio.

«Siéntate en silencio, hija de los babilonios; entra en las tinieblas. Porque nunca más se te llamará “soberana de los reinos”.

¡Acostémonos en nuestra vergüenza y que nos cubra nuestra desgracia! ¡Nosotros y nuestros antepasados hemos pecado contra el Señor nuestro Dios! Desde nuestra juventud y hasta el día de hoy, no hemos obedecido al Señor nuestro Dios».

Aunque nuestras iniquidades nos acusan, actúa en razón de tu nombre, oh Señor. Muchas son nuestras infidelidades; contra ti hemos pecado.

Siguieron la terquedad de su corazón; se fueron tras los baales, como les habían enseñado sus antepasados».




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