»”Córtate la cabellera y tírala; eleva tu lamento en las lomas desoladas, porque el Señor ha rechazado y abandonado a la generación que provocó su ira.
«En esta tierra morirán grandes y pequeños; nadie llorará por ellos ni los sepultará; nadie se hará heridas en el cuerpo ni se rapará la cabeza por ellos.
Pero al ver que muchos fariseos y saduceos llegaban adonde él estaba bautizando, dijo: «¡Camada de víboras! ¿Quién les advirtió que huyeran del castigo que se acerca?
«Hijo de hombre, entona un lamento al rey de Tiro y adviértele que así dice el Señor y Dios: »“Eras un modelo de perfección, lleno de sabiduría y de hermosura perfecta.
«Fíjate bien en esas lomas desoladas: ¿Hay algún lugar donde no fuiste deshonrada? Como un beduino en el desierto, te sentabas junto al camino, a la espera de tus amantes. Has contaminado la tierra con tus prostituciones y maldades.
Se escucha un grito en las lomas desoladas, el llanto de súplica del pueblo de Israel, porque han pervertido su conducta, se han olvidado del Señor su Dios.
Lloraré y gemiré por los montes, me lamentaré por los prados del desierto, porque están desolados: ya nadie los transita ni se escuchan los mugidos del ganado. Desde las aves del cielo hasta los animales del campo, todos han huido.
¿Has rechazado por completo a Judá? ¿Detestas a Sión? ¿Por qué nos has herido de tal modo que ya no tenemos remedio? Esperábamos tiempos de paz, pero nada bueno recibimos. Esperábamos tiempos de salud, pero solo nos llegó el terror.