Dije a la ciudad: “¡Ciertamente me temerás; aceptarás corrección!”. Entonces no sería destruida su morada, según todo lo que decreté contra ella. A pesar de todo, se empeñaron en corromper todas sus obras.
Yo me aparté, pero me arrepentí; al comprenderlo me di golpes de pecho. Me siento avergonzado y humillado porque cargo con la deshonra de mi juventud”.
Haré que en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalén se apaguen los gritos de alegría, las voces de júbilo y los cánticos del novio y de la novia, porque esta tierra quedará desolada.
»Por eso, así dice el Señor y Dios: “Descargaré mi enojo y mi furor sobre este lugar, sobre los hombres y los animales, sobre los árboles del campo y los frutos de la tierra. Entonces, arderá mi enojo y no se apagará”.
Entonces la tierra disfrutará de sus años sabáticos todo el tiempo que permanezca desolada, mientras ustedes vivan en el país de sus enemigos. Así la tierra descansará y disfrutará de sus sábados.
Entonces dirás: “Esta es la nación que no ha obedecido la voz del Señor su Dios ni ha aceptado su corrección. La verdad ha muerto, ha sido arrancada de su boca.
Su madre es una prostituta; la que los concibió es una desvergonzada. Pues dijo: “Quiero ir tras mis amantes, que me dan mi pan y mi agua, mi lana y mi lino, mi aceite y mis bebidas”.