«En aquel día desfallecerá el corazón del rey y de los oficiales; los sacerdotes se llenarán de pánico y los profetas quedarán atónitos», afirma el Señor.
se abrió una brecha en el muro de la ciudad, de modo que, aunque los babilonios la tenían cercada, todo el ejército se escapó. Salieron de noche por la puerta que estaba entre los dos muros, junto al jardín real. Huyeron camino al Arabá,
Los profetas profieren mentiras, los sacerdotes gobiernan a su antojo, ¡y mi pueblo tan campante! Pero ¿qué van a hacer ustedes cuando todo haya terminado?
Los egipcios quedarán desanimados y consultarán a los ídolos, a los espíritus de los muertos, a las médiums y a los espiritistas, ¡pero yo frustraré sus planes!
se abrió una brecha en el muro de la ciudad, de modo que, aunque los babilonios la tenían cercada, todo el ejército se escapó de noche por la puerta que estaba entre los dos muros, junto al jardín real. Huyeron camino al Arabá,
Giman, pastores, y clamen; revuélquense en el polvo, jefes del rebaño, porque les ha llegado el día de la matanza; serán dispersados y caerán como carneros escogidos.