Jeremías 4:31

Biblia Nueva Versión Internacional 2022

Oigo el grito como de parturienta, quejidos como de primeriza. Es el grito de la hija de Sión, que respira con dificultad; que extiende los brazos y dice: «¡Ay de mí, que desfallezco! ¡Estoy en manos de asesinos!».

Referencias Cruzadas

Lamentaciones 1:17

Sión clama pidiendo ayuda, pero no hay quien la consuele. Por decreto del Señor los vecinos de Jacob son ahora sus enemigos; Jerusalén ha llegado a ser inmundicia en medio de ellos.

Isaías 1:15

Cuando levantan sus manos, yo aparto de ustedes mis ojos; aunque multipliquen sus oraciones, no las escucharé. »¡Tienen las manos llenas de sangre!

Jeremías 13:21

¿Qué dirás cuando el Señor te imponga como jefes a los que tú mismo enseñaste a ser tus aliados predilectos? ¿No tendrás dolores como de mujer de parto?

1 Tesalonicenses 5:3

Cuando la gente esté diciendo: «Paz y seguridad», vendrá de improviso sobre ellos la destrucción, como llegan los dolores de parto a la mujer embarazada. De ninguna manera podrán escapar.

1 Corintios 9:16

Sin embargo, cuando predico acerca de las buenas noticias, no tengo de qué enorgullecerme, ya que estoy bajo la obligación de hacerlo. ¡Ay de mí si no predico las buenas noticias!

Mateo 21:5

«Digan a la hija de Sión: “Mira, tu rey viene hacia ti, humilde y montado en un burro, en un burrito, cría de una bestia de carga”».

Miqueas 7:1

¡Pobre de mí! Soy como el que recoge frutos de verano y busca lo que sobre en la viña; no hay ningún racimo para comer, ningún higo nuevo que tanto deseo.

Oseas 13:13

Llegan los dolores de parto, pero él es una criatura necia: cuando llega la hora del parto, no se acomoda para salir.

Lamentaciones 2:21

»Jóvenes y ancianos por igual yacen en el polvo de las calles; mis jóvenes y mis doncellas cayeron a filo de espada. En tu enojo les quitaste la vida; ¡los masacraste sin piedad!

Lamentaciones 1:20

»¡Mírame, Señor, que me encuentro angustiada! ¡Siento una profunda agonía! Mi corazón se agita dentro de mí, pues he sido muy rebelde. Allá afuera, la espada me deja sin hijos; dentro de la casa hay ambiente de muerte.

Jeremías 50:43

El rey de Babilonia ha escuchado la noticia, sus manos flaquean; la angustia le domina como si tuviera dolores de parto.

Jeremías 49:24

Damasco desfallece; trató de huir, pero la dominó el pánico. Se halla presa de la angustia y el dolor, como si estuviera de parto.

Jeremías 49:22

Remonta vuelo el enemigo, se desliza como un águila, extiende sus alas sobre Bosra. En aquel día se angustiarán los valientes de Edom, como se angustia una mujer de parto.

Jeremías 48:41

Sus ciudades serán capturadas y conquistadas sus fortalezas. En aquel día, el corazón de los guerreros de Moab será como el de una parturienta.

Jeremías 45:2

«Así dice el Señor, Dios de Israel, acerca de ti, Baruc:

Jeremías 30:6

Pregunten y vean si acaso los varones dan a luz. ¿Por qué, pues, veo a todos los hombres con las manos sobre el vientre, como mujeres con dolores de parto? ¿Por qué han palidecido todos los rostros?

Jeremías 22:23

Tú, que habitas en el Líbano, que has puesto tu nido entre los cedros, ¡cómo gemirás cuando te vengan los dolores, dolores como de parturienta!

Jeremías 18:21

Por eso, entrega ahora sus hijos al hambre; abandónalos a merced de la espada. Que sus esposas se queden viudas y sin hijos; que sus maridos mueran asesinados y que sus jóvenes caigan en combate a filo de espada.

Jeremías 15:18

¿Por qué no cesa mi dolor? ¿Por qué es incurable mi herida? ¿Por qué se resiste a sanar? ¿Serás para mí un arroyo engañoso, de aguas no confiables?

Jeremías 14:18

Si salgo al campo, veo los cuerpos de los muertos a filo de espada; si entro en la ciudad, veo los estragos que el hambre ha producido. Tanto el profeta como el sacerdote andan errantes en la tierra sin comprender nada”».

Jeremías 10:19

¡Ay de mí, que estoy quebrantado! ¡Mi herida es incurable! Pero es mi enfermedad y me toca soportarla.

Jeremías 6:2

Estoy por destruir a Sión, tan hermosa y delicada.

Isaías 42:14

«Por mucho tiempo he guardado silencio, he estado callado y me he contenido. Pero ahora voy a gritar como parturienta, voy a resollar y jadear al mismo tiempo.

Isaías 21:3

Por eso mi cuerpo se estremece de angustia, sufro de agudos dolores, como los de una parturienta; lo que oigo, me aturde; lo que veo, me desconcierta.

Isaías 13:8

Quedan todos aterrados; dolores y angustias los atrapan: ¡se retuercen de dolor, como si estuvieran de parto! Espantados, se miran unos a otros; ¡tienen el rostro encendido!

Isaías 6:5

Entonces grité: «¡Ay de mí, que estoy perdido! Soy un hombre de labios impuros y vivo en medio de un pueblo de labios impuros y mis ojos han visto al Rey, al Señor de los Ejércitos».

Salmos 120:5

¡Ay de mí, que soy extranjero en Mésec, que he acampado entre las tiendas de Cedar!

Job 10:1

»¡Ya estoy harto de esta vida! Por eso doy rienda suelta a mi queja; desahogo la amargura de mi alma.

Génesis 27:46

Luego Rebeca dijo a Isaac: —Estas mujeres hititas me tienen cansada. Me han quitado las ganas de vivir. Si Jacob se llega a casar con una de las hititas que viven en este país, ¡más me valdría morir!

Isaías 26:17

Señor, nosotros estuvimos ante ti como cuando una mujer embarazada se retuerce y grita de dolor al momento de dar a luz.

Miqueas 4:9

Ahora, ¿por qué gritas tanto? ¿Acaso no tienes rey? ¿Por qué te han venido dolores de parto? ¿Murió acaso tu consejero?

Miqueas 4:10

Retuércete y puja, hija de Sión, como mujer a punto de dar a luz, porque ahora vas a salir de tu ciudad y tendrás que vivir a campo abierto. Irás a Babilonia, pero de allí serás rescatada; el Señor te librará del poder de tus enemigos.