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Referencias Cruzadas

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Jeremías 4:22

Biblia Nueva Versión Internacional 2022

«Mi pueblo es necio, no me conoce; son hijos insensatos que no tienen entendimiento. Son hábiles para hacer el mal; no saben hacer el bien».

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42 Referencias Cruzadas  

Hermanos, no sean niños en su modo de pensar. Sean niños en cuanto a la malicia, pero adultos en su modo de pensar.

Es cierto que ustedes viven en obediencia, lo que es bien conocido de todos y me alegra mucho; pero quiero que sean astutos para el bien e inocentes para el mal.

Escucha esto, pueblo necio e insensible, que tiene ojos, pero no ve, que tiene oídos, pero no oye.

no hay nadie que entienda, nadie que busque a Dios.

pues por falta de conocimiento mi pueblo ha sido destruido. »Puesto que rechazaste el conocimiento, yo también te rechazo como mi sacerdote. Ya que te olvidaste de la Ley de tu Dios, yo también me olvidaré de tus hijos.

Aunque afirmaban ser sabios, se volvieron necios

»Sus malas obras no les permiten volverse a su Dios; hay espíritu de prostitución en su interior que les impide reconocer al Señor.

Actuarán de este modo porque no nos han conocido ni al Padre ni a mí.

¡Ay de los que piensan en el mal y aun en sus camas traman planes malvados! En cuanto amanece, los llevan a cabo porque tienen el poder en sus manos.

Como nación, han perdido el juicio; carecen de discernimiento.

Además, como estimaron que no valía la pena tomar en cuenta el conocimiento de Dios, él a su vez los entregó a la depravación mental, para que hicieran lo que no debían hacer.

¿Puede el etíope cambiar de piel o el leopardo quitarse sus manchas? ¡Pues tampoco ustedes pueden hacer el bien, acostumbrados como están a hacer el mal!

Una vez secas, las ramas se quiebran; vienen luego las mujeres y con ellas hacen fuego. Porque este es un pueblo sin entendimiento; por eso su Hacedor no le tiene compasión ni de él se apiada quien lo formó.

Todos son necios e insensatos, educados por inútiles ídolos de palo.

El buey conoce a su dueño y el asno el pesebre de su amo; ¡pero Israel no conoce, mi pueblo no comprende!».

Entonces pensé: «Ellos son pobres e ignorantes, porque no conocen el camino del Señor ni las demandas de su Dios.

»Pues bien, el amo elogió al administrador deshonesto por haber actuado con astucia. Es que los de este mundo, en su trato con los que son como ellos, son más astutos que los que han recibido la luz.

Escuchen, israelitas, la palabra del Señor, porque el Señor entabla un pleito contra los habitantes del país: «Ya no hay en esta tierra fidelidad ni amor ni conocimiento de Dios.

¿Y así pagas al Señor, pueblo tonto y sin sabiduría? ¿Acaso no es tu Padre, tu Creador, el que te hizo y te formó?

Sin embargo, Amnón tenía un amigo muy astuto que se llamaba Jonadab, hijo de Simá y sobrino de David.

Sus palabras son malvadas y engañosas; ha perdido el buen juicio y la capacidad de hacer el bien.

¿Acaso no tienen entendimiento esos malhechores, esos que devoran a mi pueblo como si fuera pan? ¡Jamás invocan a Dios!

»Ellos no saben nada, no entienden nada. Deambulan en la oscuridad; se estremecen todos los cimientos de la tierra.

Nunca preguntaron los sacerdotes: “¿Dónde está el Señor?”. Los que se ocupaban de la Ley jamás me conocieron; los pastores se rebelaron contra mí, profetizaron en nombre de Baal y se fueron tras dioses que para nada sirven.

¿Hasta cuándo tendré que ver la bandera y escuchar el toque de la trompeta?

«Tensan su lengua como un arco; en el país prevalece la mentira, no la verdad, porque van de mal en peor y a mí no me conocen», afirma el Señor.

»”¡Qué mente tan depravada la tuya!, afirma el Señor y Dios. ¡Te comportabas como una vil prostituta!

«Los que acumulan en sus fortalezas el fruto de la violencia y el saqueo no saben actuar con rectitud», afirma el Señor.

La mujer guardó el manto de José hasta que su marido volvió a su casa.

Aun en su lecho trama hacer iniquidad; se aferra a su mal camino y no rechaza la maldad.

Los malvados nada entienden de la justicia; los que buscan al Señor lo entienden todo.

¡Ojalá tuviera yo en el desierto una posada junto al camino! Abandonaría a mi pueblo y me alejaría de ellos. Porque todos ellos son adúlteros, son una banda de traidores.

Se engañan unos a otros; no se hablan con la verdad. Han enseñado a sus lenguas a mentir y pecan hasta el cansancio.

Ambas manos son hábiles para hacer el mal; gobernadores y jueces exigen soborno. Los poderosos imponen lo que quieren; todos traman en conjunto.




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