si con fidelidad, justicia y rectitud juras diciendo: “Tan cierto como que el Señor vive”, entonces en él serán benditas las naciones y en él se gloriarán».
Cualquiera que en el país invoque una bendición, lo hará por el Dios de la verdad; y cualquiera que jure en esta tierra, lo hará por el Dios de la verdad. Las angustias del pasado quedarán en el olvido, ocultas ante mis ojos.
Si alguien ha de gloriarse, que se gloríe de conocerme y de comprender que yo soy el Señor, que actúo en la tierra con gran amor, derecho y justicia, pues es lo que a mí me agrada», afirma el Señor.
En efecto, la Escritura, habiendo previsto que Dios justificaría por la fe a las naciones, anunció de antemano el evangelio a Abraham: «Por medio de ti serán bendecidas todas las naciones».
Y, si aprenden bien los caminos de mi pueblo y, si así como enseñaron a mi pueblo a jurar por Baal, aprenden a jurar por mi nombre y dicen: “Tan cierto como el Señor vive”, entonces serán establecidos en medio de mi pueblo.
Que su nombre perdure para siempre; que su fama permanezca como el sol. Que en su nombre sean bendecidas las naciones; que todas ellas lo proclamen dichoso.
Salomón respondió: —Tú trataste con mucho amor a tu siervo David, mi padre, pues se condujo delante de ti con lealtad, justicia y honestidad. Y como hoy se puede ver, has reafirmado tu gran amor al concederle que un hijo suyo lo suceda en el trono.
Porque la circuncisión somos nosotros, los que por medio del Espíritu de Dios adoramos, nos enorgullecemos en Cristo Jesús y no ponemos nuestra confianza en esfuerzos humanos.
Quédate aquí esta noche. Mañana, si él quiere redimirte, está bien que lo haga. Pero si no está dispuesto a hacerlo, ¡tan cierto como que el Señor vive, te aseguro que yo te redimiré! Ahora acuéstate aquí hasta que amanezca.
En aquel tiempo llamarán a Jerusalén: “Trono del Señor”. Todas las naciones se reunirán en Jerusalén para honrar el nombre del Señor y ya no volverán a seguir a su terco y malvado corazón.
Señor, fuerza y fortaleza mía, mi refugio en el día de la angustia; desde los confines de la tierra vendrán a ti las naciones y dirán: «Solo mentira heredaron nuestros antepasados; ídolos inútiles que no sirven para nada.
Jerusalén será para mí motivo de gozo, alabanza y gloria a la vista de todas las naciones de la tierra. Se enterarán de todo el bien que yo le hago; también temerán y temblarán por todo el bienestar y toda la paz que yo ofrezco”.
Pero David juró y perjuró: —Tu padre sabe muy bien que tú me estimas, así que seguramente habrá pensado: “Jonatán no debe enterarse, para que no se disguste”. Pero tan cierto como que el Señor y tú viven, te aseguro que estoy a un paso de la muerte.
Porque desde donde nace el sol hasta donde se pone, grande es mi nombre entre las naciones. En todo lugar se ofrece incienso y ofrendas puras a mi nombre, porque grande es mi nombre entre las naciones —dice el Señor de los Ejércitos—.