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Referencias Cruzadas

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Jeremías 4:16

Biblia Nueva Versión Internacional 2022

«Adviertan a las naciones, proclámenlo contra Jerusalén: “De lejanas tierras vienen sitiadores lanzando gritos de guerra contra las ciudades de Judá”.

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18 Referencias Cruzadas  

Con su mano derecha ha marcado el destino de Jerusalén: prepara arietes para derribar las puertas, levanta rampas y edifica torres de asalto; alza la voz en grito de batalla y da la orden para la matanza.

Pueblo de Israel, voy a traer contra ustedes una nación lejana, una nación fuerte y antigua, una nación cuyo idioma no conocen, cuyo lenguaje no entienden», afirma el Señor.

Entonces el profeta Isaías fue a ver al rey Ezequías y le preguntó: —¿Qué dijeron esos hombres? ¿De dónde vinieron? —Vinieron de Babilonia, un país lejano —respondió Ezequías.

«¡Anuncien y proclamen entre las naciones! ¡Proclámenlo, levanten un estandarte! No oculten nada, sino digan: “¡Babilonia será conquistada! ¡Bel quedará en vergüenza! ¡Marduc quedará aterrado! ¡Sus imágenes quedan humilladas y sus ídolos, aterrados!”.

En el mes décimo del año noveno del reinado de Sedequías en Judá, el rey Nabucodonosor de Babilonia y todo su ejército marcharon contra Jerusalén y la sitiaron.

»Naciones, escuchen la palabra del Señor, y anuncien en las costas más lejanas: “El que dispersó a Israel, lo reunirá; lo cuidará como un pastor a su rebaño”.

«En esta tierra morirán grandes y pequeños; nadie llorará por ellos ni los sepultará; nadie se hará heridas en el cuerpo ni se rapará la cabeza por ellos.

Por eso, ¡escuchen, naciones! ¡Comunidad, conoce lo que te espera!

Por eso los herirá el león de la selva y los despedazará el lobo del desierto; frente a sus ciudades está el leopardo al acecho y todo el que salga de ellas será despedazado, pues son muchas sus rebeliones y numerosas sus infidelidades.

La rodean como quien cuida un campo, porque ella se rebeló contra mí», afirma el Señor.

Los leones rugieron contra él, lanzaron fuertes gruñidos. Dejaron desolado su país, sus ciudades fueron incendiadas y ya nadie las habita.

Naciones, ¡acérquense a escuchar! Pueblos, ¡presten atención! ¡Que lo oiga la tierra y todo lo que hay en ella; el mundo y todo lo que él produce!

Yo estoy por convocar a todas las tribus de los reinos del norte», afirma el Señor. «Vendrán y cada uno pondrá su trono a la entrada misma de Jerusalén; vendrán contra todos los muros que la rodean y contra todas las ciudades de Judá.

El clamor de mi pueblo se levanta y viene de una tierra lejana: «¿Acaso no está el Señor en Sión? ¿No está allí su Rey?». «¿Por qué me provocan con sus ídolos, con sus dioses inútiles y extraños?».

Escucha, tierra: Traigo sobre este pueblo una desgracia, fruto de sus maquinaciones, porque no prestaron atención a mis palabras, sino que rechazaron mi Ley.

Así dice el Señor: «¡Miren! Del norte viene un ejército; una gran nación se moviliza desde los confines de la tierra.

Empuñan el arco y la lanza; son crueles y no tienen compasión. Lanzan gritos como bramidos del mar y cabalgan sobre sus corceles. ¡Vienen contra ti, hija de Sión, alineados para la batalla como un solo hombre!».




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