Así dice el Señor acerca de Salún, hijo de Josías y rey de Judá, que comenzó a reinar después de su padre Josías y que salió de este lugar: «Nunca más volverá,
Jilquías y los demás comisionados del rey fueron a consultar a la profetisa Huldá, que vivía en el barrio nuevo de Jerusalén. Huldá era la esposa de Salún, el encargado del vestuario, quien era hijo de Ticvá y nieto de Jarjás.
Entonces Azarías, hijo de Johanán, Berequías, hijo de Mesilemot, Ezequías, hijo de Salún, y Amasá, hijo de Hadlay, que eran jefes de los efraimitas, se enfrentaron a los que regresaban de la guerra
Los oficiales de Josías llevaron su cadáver en un carro desde Meguido hasta Jerusalén y lo sepultaron en su tumba. Entonces el pueblo tomó a Joacaz, hijo de Josías, lo ungió y lo proclamó rey en lugar de su padre.
Esta es la palabra del Señor que vino a Sofonías, hijo de Cusí, hijo de Guedalías, hijo de Amarías, hijo de Ezequías, durante el reinado de Josías, hijo de Amón, rey de Judá:
En aquel tiempo, el faraón Necao, rey de Egipto, fue a encontrarse con el rey de Asiria camino del río Éufrates. El rey Josías le salió al paso, pero Necao le hizo frente en Meguido y lo mató.