Se escucha un grito en las lomas desoladas, el llanto de súplica del pueblo de Israel, porque han pervertido su conducta, se han olvidado del Señor su Dios.
Porque te olvidaste del Dios de tu salvación; no te acordaste de la Roca de tu fortaleza. Por eso, aunque siembres las plantas más selectas y plantes vides importadas;
Israel se olvidó de su Hacedor y se edificó palacios; Judá multiplicó las ciudades amuralladas; pero yo enviaré fuego sobre sus ciudades y consumirá sus fortalezas».
Me deleito mucho en el Señor; me regocijo en mi Dios. Porque él me vistió con ropas de salvación y me cubrió con el manto de la justicia. Soy semejante a un novio que luce su diadema o una novia adornada con sus joyas.
Sin embargo, mi pueblo me ha olvidado; quema incienso a ídolos inútiles, que los hicieron tropezar en sus caminos, en los senderos antiguos. Los hicieron caminar por sendas y veredas escabrosas.
Este pueblo malvado, que se niega a obedecerme, que sigue la terquedad de su corazón y va tras otros dioses para servirlos y adorarlos, será como este cinturón, que no sirve para nada.
Vi además la ciudad santa, la nueva Jerusalén, que bajaba del cielo, procedente de Dios, preparada como una novia hermosamente vestida para su prometido.
También hay entre los tuyos quienes aceptan soborno para derramar sangre. Tú practicas la usura y cobras altísimos intereses; extorsionas a tu prójimo y te olvidas de mí, afirma el Señor y Dios.
Cuando los camellos terminaron de beber, el criado tomó un anillo de oro que pesaba un becá, y se lo puso a la joven en la nariz; también le colocó en los brazos dos pulseras de oro que pesaban diez siclos y le preguntó:
Labán se había fijado en el anillo y las pulseras en los brazos de su hermana, y también la había escuchado contar lo que el criado le había dicho. Por eso salió en busca del criado y lo encontró junto a la fuente, con sus camellos.
»¿Quién te asustó, quién te metió miedo, que me has engañado? No te acordaste de mí ni me tomaste en cuenta. ¿Será que no me temes porque guardé silencio tanto tiempo?
Con los sueños que se cuentan unos a otros pretenden hacer que mi pueblo se olvide de mi nombre, como sus antepasados se olvidaron de mi nombre por el de Baal.