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Referencias Cruzadas

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Jeremías 17:14

Biblia Nueva Versión Internacional 2022

Sáname, Señor, y seré sanado; sálvame y seré salvo, porque tú eres mi alabanza.

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23 Referencias Cruzadas  

Ten piedad de mí, Señor, porque desfallezco; sáname, Señor, porque mis huesos están en agonía.

»¡Vean ahora que yo soy único! No hay otro dios fuera de mí. Yo doy la muerte y devuelvo la vida, causo heridas y doy sanidad. Nadie puede librarse de mi mano.

¡Sálvanos, Señor, Dios nuestro! Vuelve a reunirnos de entre las naciones, para que demos gracias a tu santo nombre y alabarte sea nuestra gloria.

«El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para anunciar buenas noticias a los pobres. Me ha enviado a proclamar libertad a los cautivos y dar vista a los ciegos, a poner en libertad a los oprimidos,

Él es el motivo de su alabanza; él es su Dios, el que hizo en su favor las grandes y asombrosas maravillas que ustedes mismos presenciaron.

Oh Dios, a quien alabo, no guardes silencio.

Vuélvete, Señor, y sálvame la vida; por tu gran amor, ¡ponme a salvo!

Haré que seas para este pueblo como invencible muro de bronce; pelearán contra ti, pero no te podrán vencer, porque yo estoy contigo para salvarte y librarte», afirma el Señor.

Pero al sentir el viento fuerte, tuvo miedo y comenzó a hundirse. Entonces gritó: —¡Señor, sálvame!

«Por cierto, he escuchado el lamento de Efraín: “Me has azotado como a un ternero sin domar y he aceptado tu corrección. Hazme volver, y seré restaurado; porque tú, Señor, eres mi Dios.

Haz insensible el corazón de este pueblo; endurece sus oídos y cierra sus ojos, no sea que vea con sus ojos, oiga con sus oídos y entienda con su corazón, se convierta y sea sanado».

Los discípulos fueron a despertarlo. —¡Señor —gritaron—, sálvanos, que nos vamos a ahogar!

¡Él ha dado poder a su pueblo! ¡A él sea la alabanza de todos sus fieles, de los hijos de Israel, su pueblo cercano! ¡Aleluya!

Sálvanos con tu diestra y respóndenos, para que tu pueblo amado quede a salvo.

que dice: «Venceremos con la lengua; en nuestros labios confiamos. ¿Quién puede dominarnos a nosotros?».

Moisés rogó al Señor: «¡Oh Dios, te ruego que la sanes!».

¡Sálvame, oh Dios, por tu nombre! ¡Defiéndeme con tu poder!

Ciertamente son un engaño las colinas, y una mentira el estruendo sobre las montañas. Ciertamente en el Señor nuestro Dios está la salvación de Israel.

Porque yo restauraré tu salud y sanaré tus heridas”, afirma el Señor, “porque te han llamado la desechada, la pobre Sión, la que a nadie le importa”.

»”Sin embargo, les daré salud y los curaré; los sanaré y haré que disfruten de abundante paz y seguridad.

Muy angustiada está mi alma; ¿hasta cuándo, Señor, hasta cuándo?

¡Sálvame, pues te pertenezco y escudriño tus preceptos!




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