De Tarsis se trae plata laminada, y de Ufaz se importa oro. Los ídolos, vestidos de color azul y carmesí, son obra de artífices y orfebres; ¡todos ellos son obra de artesanos!
Cada tres años, la flota comercial que el rey tenía en el mar, junto con la flota de Hiram, regresaba de Tarsis trayendo oro, plata y marfil, monos y mandriles.
Con tela de lino bordada de Egipto hicieron tus velas y estas te sirvieron de bandera. De las costas de Elisá trajeron telas de azul y carmesí para tu toldo.
Pero Jonás huyó del Señor y se dirigió a Tarsis. Bajó a Jope, donde encontró un barco que zarpaba rumbo a Tarsis, pagó su pasaje y se embarcó con los que iban a esa ciudad, huyendo así del Señor.
¡Ay del que dice al madero: “Despierta”, y a la piedra muda: “Levántate”! Aunque están recubiertos de oro y plata, nada pueden enseñarle, pues carecen de aliento de vida.
Cada tres años, la flota comercial del rey, que era tripulada por los oficiales de Hiram, regresaba de Tarsis trayendo oro, plata y marfil, monos y mandriles.