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Referencias Cruzadas

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Génesis 8:1

Biblia Nueva Versión Internacional 2022

Dios se acordó entonces de Noé y de todos los animales salvajes y domésticos que estaban con él en el arca. Hizo que soplara un fuerte viento sobre la tierra y las aguas comenzaron a bajar.

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35 Referencias Cruzadas  

Pero Dios también se acordó de Raquel; la escuchó y le quitó la esterilidad.

Así arrasó Dios a las ciudades de la llanura, pero se acordó de Abraham y sacó a Lot de en medio de la catástrofe que destruyó a las ciudades en que había habitado.

quien al oír sus quejidos se acordó del pacto que había hecho con Abraham, Isaac y Jacob.

Al que nunca nos olvida, aunque estemos humillados; su gran amor perdura para siempre.

Al día siguiente madrugaron y, después de adorar al Señor, volvieron a su casa en Ramá. Luego Elcaná se unió a su esposa Ana, y el Señor se acordó de ella.

Moisés extendió su brazo sobre el mar, y toda la noche el Señor envió sobre el mar un recio viento del este que lo hizo retroceder, convirtiéndolo en tierra seca. Las aguas del mar se dividieron

Acuérdate de mí, Señor, cuando muestres tu bondad a tu pueblo; ven en mi ayuda el día de tu salvación,

El Señor ha jurado por el orgullo de Jacob: «Jamás olvidaré nada de lo que han hecho.

Señor, he sabido de tu fama; tiemblo delante de tus obras, Señor. Repítelas en nuestros días, dalas a conocer en nuestro tiempo; en tu ira, ten presente tu misericordia.

Señor, acuérdate de los edomitas el día en que cayó Jerusalén. «¡Arrásenla!» —gritaban— «¡Arrásenla hasta sus cimientos!».

Señor, acuérdate de David y de todas sus penurias.

También organicé la contribución de la leña en las fechas establecidas, y la entrega de las primicias. «¡Acuérdate de mí, Dios mío, y favoréceme!».

Luego ordené a los levitas que se purificaran y que fueran a hacer guardia en las puertas, para que el sábado fuera respetado como santo. «¡Recuerda esto, Dios mío, y conforme a tu gran amor, ten compasión de mí!».

«¡Recuerda esto, Dios mío, en perjuicio de los que profanaron el sacerdocio y el pacto de los sacerdotes y de los levitas!».

«¡Recuerda esto, Dios mío, y favoréceme; no olvides todo el bien que hice por el Templo de mi Dios y de su culto!».

pues sus pecados se han amontonado hasta el cielo y de sus injusticias se ha acordado Dios.

La gran ciudad se partió en tres y las ciudades de las naciones se desplomaron. Dios se acordó de la gran Babilonia y le dio a beber de la copa llena del vino de la ira de su castigo.

Con el viento del norte vienen las lluvias; con la lengua viperina, las malas caras.

»¡Si al menos me ocultaras en el sepulcro y me escondieras hasta que pase tu enojo! ¡Si al menos me pusieras un plazo allí y luego me recordaras!

El ángel del Señor preguntó: —¿Por qué golpeaste tres veces a tu burra? ¿No te das cuenta de que vengo dispuesto a no dejarte pasar porque he visto que tus caminos son malos?

Y de Nínive, una gran ciudad donde hay más de ciento veinte mil personas que no distinguen su derecha de su izquierda y tanto ganado, ¿no habría yo de compadecerme?

Tu justicia es como las altas montañas; tus juicios, tan profundos como el mar. Tú, Señor, cuidas de hombres y animales;

Pero con un soplo tuyo se los tragó el mar; se hundieron como plomo en las aguas turbulentas.

»Cuando estén ya en su propia tierra y tengan que salir a la guerra contra el enemigo opresor, las trompetas darán la señal de combate. Entonces el Señor su Dios se acordará de ustedes y los salvará de sus enemigos.

Si él retiene las lluvias, hay sequía; si las deja caer, se inunda la tierra.

El Señor tiene su trono sobre el diluvio; el Señor reina por siempre.

Se acordó Dios de su santa promesa, la que hizo a su siervo Abraham.

Yo digo a las aguas profundas: “¡Séquense!”. Y ordeno que se sequen sus corrientes.

Reprende al mar y lo seca; hace que todos los ríos se evaporen. Los montes Basán y Carmelo pierden su lozanía; el verdor del Líbano se marchita.

y con todos los seres vivientes que están con ustedes, es decir, con todos los seres vivientes de la tierra que salieron del arca: las aves, y los animales domésticos y salvajes.

El Señor nos recuerda y nos bendice: bendice a su pueblo Israel, bendice a la familia de Aarón,

¡Muerte a sus aguas! ¡Que queden secas! Porque Babilonia es un país de ídolos, de ídolos terribles que provocan la locura.

Cruzarán el mar de la angustia, pero yo golpearé sus olas y las profundidades del Nilo se secarán. Abatiré el orgullo de Asiria y pondré fin al dominio de Egipto.




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