Adán volvió a tener relaciones sexuales con su mujer y ella tuvo un hijo al que llamó Set, porque dijo: «Dios me ha concedido otro descendiente en lugar de Abel, al que mató Caín».
En ese tiempo también todos nosotros vivíamos como ellos, impulsados por nuestros deseos pecaminosos, siguiendo nuestra propia voluntad y nuestros propósitos. Como los demás, éramos por naturaleza merecedores de la ira de Dios.
Por medio de un solo hombre el pecado entró en el mundo y por medio del pecado entró la muerte; fue así como la muerte pasó a toda la humanidad, porque todos pecaron.
Y el ángel dijo: —El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Así que al santo niño que va a nacer lo llamarán Hijo de Dios.