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Referencias Cruzadas

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Génesis 46:2

Biblia Nueva Versión Internacional 2022

Esa noche Dios habló a Israel en una visión: —¡Jacob! ¡Jacob! —Aquí estoy —respondió.

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23 Referencias Cruzadas  

Después de esto, la palabra del Señor vino a Abram en una visión: «No tengas miedo, Abram. Yo soy tu escudo y muy grande será tu recompensa».

Durante la noche Pablo tuvo una visión en la que un hombre de Macedonia, puesto de pie, rogaba: «Pasa a Macedonia y ayúdanos».

Un día, como a las tres de la tarde, tuvo una visión. Vio claramente a un ángel de Dios que se acercaba y le decía: —¡Cornelio!

Había en Damasco un discípulo llamado Ananías, a quien el Señor llamó en una visión: —¡Ananías! —Aquí estoy, Señor.

Él cayó al suelo y oyó una voz que le decía: —Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?

Durante la noche, el misterio fue revelado a Daniel en visión. Entonces alabó al Dios del cielo

Entre inquietantes visiones nocturnas, cuando cae sobre los hombres un sueño profundo,

y, mientras vivió Zacarías, quien lo instruyó en el temor de Dios, se empeñó en buscar al Señor. Mientras Uzías buscó a Dios, Dios le dio prosperidad.

Entonces el Señor se acercó, se detuvo y lo llamó de nuevo: —¡Samuel! ¡Samuel! —Habla, que tu siervo escucha —respondió Samuel.

El Señor llamó a Samuel, y este respondió: —Aquí estoy.

Palabras del que oye las palabras de Dios, del que contempla la visión del Todopoderoso, del que cae en trance y tiene visiones.

el Señor dijo: «Escuchen lo que voy a decirles: »Cuando un profeta del Señor se levanta entre ustedes, yo le hablo en visiones y me revelo a él en sueños.

En ese mismo sueño, el ángel de Dios me llamó: “¡Jacob!”. Y yo le respondí: “Aquí estoy”.

pero en ese momento el ángel del Señor le gritó desde el cielo: —¡Abraham! ¡Abraham! —Aquí estoy —respondió.

Pasado cierto tiempo, Dios puso a prueba a Abraham: —¡Abraham! —Aquí estoy —respondió.

El Señor dijo a Abram: —Debes saber que tus descendientes vivirán como extranjeros en tierra extraña, donde serán esclavizados y maltratados durante cuatrocientos años.

—Levántate, Pedro, mata y come —le dijo una voz.

Pero aquella noche Dios apareció a Abimélec en sueños y le dijo: —Puedes darte por muerto a causa de la mujer que has tomado, porque ella es casada.

El Señor dijo a Gedeón: «Tienes demasiada gente para que yo entregue a Madián en sus manos. A fin de que Israel no vaya a jactarse contra mí y diga que su propia fortaleza lo ha librado,

Aquella noche el Señor dijo a Gedeón: «Levántate y baja al campamento, porque voy a entregar en tus manos a los madianitas.

Una noche tuve una visión, en la que vi a un hombre montado en un caballo rojo. Ese hombre se detuvo entre los arrayanes que había en una hondonada. Detrás de él había jinetes en caballos rojos, marrones y blancos.




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