En cuanto José vio a sus hermanos, los reconoció; pero fingiendo no conocerlos, les habló con rudeza: —Y ustedes, ¿de dónde vienen? —Venimos de Canaán, para comprar alimento —contestaron.
En ese momento se acordó José de los sueños que había tenido acerca de ellos y dijo: —¡De seguro ustedes son espías y han venido para investigar las zonas desprotegidas del país!
Manden a uno de ustedes a buscar a su hermano; los demás se quedarán en la cárcel. Así sabremos si es verdad lo que dicen. Y si no es así, ¡por la vida del faraón, ustedes son espías!