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Referencias Cruzadas

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Génesis 42:21

Biblia Nueva Versión Internacional 2022

pero se decían unos a otros: —Sin duda estamos sufriendo las consecuencias de lo que hicimos con nuestro hermano. Aunque vimos su angustia cuando nos suplicaba que le tuviéramos compasión, no le hicimos caso. Por eso ahora nos vemos en aprietos.

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29 Referencias Cruzadas  

Volveré luego a mi morada hasta que reconozcan su culpa y busquen mi rostro; en su angustia me buscarán con sinceridad».

Si confesamos nuestros pecados, Dios, que es fiel y justo, nos los perdonará y nos limpiará de toda maldad.

porque habrá un juicio sin compasión para el que actúe sin compasión. ¡La compasión triunfa en el juicio!

Muchos de los que habían creído llegaban ahora y confesaban públicamente lo que habían hecho.

para que advierta a mis cinco hermanos y no vengan ellos también a este lugar de tormento”.

donde »“no morirá el gusano que los devora ni su fuego se apagará”.

Porque tal como juzguen se les juzgará, y con la medida que midan a otros, se les medirá a ustedes.

Por tanto, así dice el Señor: «No me han obedecido, pues no han dejado en libertad a sus hermanos. Por eso, yo proclamo contra ustedes una liberación», afirma el Señor. «Dejaré en libertad a la guerra, la pestilencia y el hambre. De esa manera, lo que les pase a ustedes servirá de escarmiento a todos los reinos de la tierra.

Tu maldad te castigará, tu infidelidad te recriminará. Ponte a pensar cuán malo y amargo es abandonar al Señor tu Dios y no sentir temor de mí», afirma el Señor, el Señor de los Ejércitos.

¿No te ha pasado todo esto por haber abandonado al Señor tu Dios, mientras él te guiaba por el camino?

El que es perseguido por homicidio será un fugitivo hasta la muerte. ¡Que nadie le brinde su apoyo!

Quien cierra sus oídos al clamor del pobre llorará también sin que nadie le responda.

Entonces ella le reclamó a Elías: —¿Por qué te entrometes, hombre de Dios? ¡Viniste a recordarme mi pecado y a matar a mi hijo!

—¡He pecado contra el Señor! —reconoció David ante Natán. —El Señor ha perdonado ya tu pecado y no morirás —contestó Natán—.

Entonces Adoní Bézec exclamó: «¡Setenta reyes, cortados los pulgares de las manos y los dedos gordos de los pies, recogían migajas debajo de mi mesa! ¡Ahora Dios me ha hecho lo mismo que yo hice con ellos!». Luego lo llevaron a Jerusalén y allí murió.

»Pero si se niegan, estarán pecando contra el Señor. Y pueden estar seguros de que no escaparán de su pecado.

Entonces el jefe de los coperos dijo al faraón: «Ahora me doy cuenta del grave error que he cometido.

«Tu conducta y tus acciones te han causado todo esto. Este es tu castigo. ¡Qué amargo es! ¡Cómo te ha calado en el propio corazón!».

—Yo soy José —declaró a sus hermanos—. ¿Vive todavía mi padre? Pero ellos estaban tan pasmados que no atinaban a contestarle.

Al reflexionar sobre la muerte de su padre, los hermanos de José concluyeron: «Tal vez José nos guarde rencor y ahora quiera vengarse de todo el mal que le hicimos».

—¡No sabemos qué decirle, mi señor! —contestó Judá—. ¡No hay excusa que valga! ¿Cómo podemos demostrar nuestra inocencia? Dios ha puesto al descubierto la maldad de sus siervos. Aquí nos tiene usted: somos sus esclavos, nosotros y el que tenía la copa.




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