Al contrario, reconocieron que a mí se me había encomendado predicar el evangelio a los no judíos, de la misma manera que se le había encomendado a Pedro predicarlo a los judíos.
»Cuando Efraín vio su enfermedad y Judá reparó en sus llagas, Efraín recurrió a Asiria y pidió la ayuda del gran rey. Pero el rey no podrá sanarlo ni tampoco curar sus llagas.
¿Qué hacemos aquí sentados? ¡Vengan, y vámonos juntos a las ciudades fortificadas para morir allí! El Señor nuestro Dios nos está destruyendo. Nos ha dado a beber agua envenenada, porque hemos pecado contra él.
Ante ese espectáculo de truenos y relámpagos, de sonidos de trompeta y de la montaña envuelta en humo, los israelitas temblaban de miedo y se mantenían a distancia.
Los jefes de cuadrilla israelitas se dieron cuenta de que estaban en un aprieto cuando se les dijo que la cuota diaria de ladrillos no se les iba a rebajar.
y, tal como José lo había anunciado, comenzaron los siete años de hambre, la cual se extendió por todos los países. Pero a lo largo y a lo ancho del territorio de Egipto había alimento.