Entonces Judá dijo a Onán: «Cásate con la viuda de tu hermano y cumple con tu deber de cuñado; así le darás descendencia a tu hermano».
—¡Vuelvan a su casa, hijas mías! —insistió Noemí—. ¿Para qué se van a ir conmigo? ¿Acaso voy a tener más hijos que pudieran casarse con ustedes?
»No tendrás relaciones sexuales con la mujer de tu hermano, porque deshonrarías a tu hermano.
Un día, la hija mayor dijo a la menor: —Nuestro padre ya está viejo y no quedan hombres en esta región para que se acuesten con nosotras y nos den hijos, como es la costumbre de todo el mundo.