Entonces Judá dijo a su nuera Tamar: «Quédate como viuda en la casa de tu padre, hasta que mi hijo Selá tenga edad de casarse». Pero en realidad Judá pensaba que Selá podría morirse, lo mismo que sus hermanos. Así que Tamar se fue a vivir a la casa de su padre.
Hijos de Judá: Er, Onán y Selá. La madre de estos tres era una cananea, hija de Súa. Er, primogénito de Judá, hizo lo malo ante los ojos del Señor, y el Señor le quitó la vida.