Por esta razón los israelitas no comen el tendón que está en la articulación de la cadera, porque a Jacob se le tocó en dicho tendón.
Por eso, hasta el día de hoy, ninguno de los que entran en el templo de Dagón en Asdod, incluso los sacerdotes, pisan el umbral.
Cuando este se dio cuenta de que no podía vencer a Jacob, lo tocó en la coyuntura de la cadera y esta se le dislocó mientras luchaban.
Cruzaba Jacob por el lugar llamado Peniel, cuando salió el sol. A causa de su cadera dislocada iba cojeando.
Cuando Jacob alzó la vista y vio que Esaú se acercaba con cuatrocientos hombres, repartió a los niños entre Lea, Raquel y las dos esclavas.
Desde allí subió a Peniel y les pidió lo mismo. Pero los de Peniel dieron la misma respuesta que los hombres de Sucot.
Jeroboán fortificó la ciudad de Siquén en la región montañosa de Efraín y se estableció allí. Luego se fue de Siquén y fortificó Peniel.