Génesis 32:26

Biblia Nueva Versión Internacional 2022

Entonces dijo: —¡Suéltame, que ya está por amanecer! —¡No te soltaré hasta que me bendigas! —respondió Jacob.

Referencias Cruzadas

Oseas 12:4

Luchó con el ángel, y lo venció; lloró y le rogó que lo favoreciera. Se lo encontró en Betel y allí habló con él;

Salmos 67:1

Dios tenga piedad de nosotros y nos bendiga; Dios haga resplandecer su rostro sobre nosotros, Selah

1 Crónicas 4:10

Jabés rogó al Dios de Israel: «Bendíceme y ensancha mi territorio; ayúdame y líbrame del mal, para que no padezca aflicción». Y Dios le concedió su petición.

Cantares 3:4

No bien los he dejado, cuando encuentro al amor de mi vida. Lo abrazo y, sin soltarlo, lo llevo a la casa de mi madre, a la alcoba donde ella me concibió.

Romanos 8:37

Sin embargo, en todo esto somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó.

Éxodo 32:10

Tú no te metas. Yo voy a descargar mi ira sobre ellos y los voy a destruir. Pero de ti haré una gran nación».

Hebreos 5:7

En los días de su vida mortal, Jesús ofreció oraciones y súplicas con fuerte clamor y lágrimas al que podía salvarlo de la muerte y fue escuchado por su temor reverente.

1 Corintios 15:58

Por lo tanto, mis queridos hermanos, manténganse firmes e inconmovibles, progresando siempre en la obra del Señor, conscientes de que su trabajo en el Señor no es en vano.

Isaías 64:7

Nadie invoca tu nombre ni se esfuerza por aferrarse a ti. Pues nos has dado la espalda y nos has entregado en poder de nuestras iniquidades.

Isaías 45:11

Así dice el Señor, el Santo de Israel, su Hacedor: «¿Van acaso a pedirme cuentas del futuro de mis hijos o a darme órdenes sobre la obra de mis manos?

Cantares 7:5

Tu cabeza se eleva como la cumbre del Carmelo. Hilos de color púrpura son tus cabellos; con tus rizos has cautivado al rey.

Deuteronomio 9:14

Déjame que lo destruya y borre hasta el recuerdo de su nombre. De ti, en cambio, haré una nación más fuerte y numerosa que la de ellos».

Génesis 32:25

Cuando este se dio cuenta de que no podía vencer a Jacob, lo tocó en la coyuntura de la cadera y esta se le dislocó mientras luchaban.

Génesis 32:27

—¿Cómo te llamas? —le preguntó el hombre. —Me llamo Jacob —respondió.