Entonces ordenó al que iba al frente: «Cuando te encuentres con mi hermano Esaú y te pregunte de quién eres, a dónde te diriges y de quién es el ganado que llevas,
Jacob, por su parte, se adelantó a ellos, postrándose en tierra siete veces mientras se iba acercando a su hermano.
Luego los puso a cargo de sus siervos, cada manada por separado, y dijo: «Vayan adelante, pero dejen un buen espacio entre manada y manada».
contestarás: “Es un regalo para usted, mi señor Esaú, que de sus ganados le manda su siervo Jacob. Además, él mismo viene detrás de nosotros”».