Génesis 32:10

Biblia Nueva Versión Internacional 2022

realmente yo, tu siervo, no soy digno de la bondad y fidelidad con que me has privilegiado. Cuando crucé este río Jordán, no tenía más que mi bastón; pero ahora he llegado a formar dos campamentos.

Referencias Cruzadas

Salmos 18:35

Tú me cubres con el escudo de tu salvación y con tu diestra me sostienes; tu ayuda me ha hecho prosperar.

Génesis 24:27

dijo: «Bendito sea el Señor, el Dios de mi amo Abraham, que no ha dejado de manifestarle su amor y fidelidad, y a mí me ha guiado a la casa de sus parientes».

2 Samuel 7:18

Luego el rey David se presentó ante el Señor y dijo: «Señor y Dios, ¿quién soy yo y qué es mi familia para que me hayas hecho llegar tan lejos?

1 Pedro 5:5

Así mismo, jóvenes, sométanse a los líderes. Revístanse todos de humildad en su trato mutuo, porque: «Dios se opone a los orgullosos, pero da gracia a los humildes».

2 Corintios 12:11

Me he portado como un insensato, pero ustedes me han obligado a ello. Ustedes debían haberme elogiado, pues de ningún modo soy inferior a los «superapóstoles», aunque yo no soy nada.

Lucas 17:10

Así también ustedes, cuando hayan hecho todo lo que se les ha mandado, deben decir: “Somos siervos inútiles; no hemos hecho más que cumplir con nuestro deber”.

Lucas 5:8

Al ver esto, Simón Pedro cayó de rodillas delante de Jesús y le dijo: —¡Apártate de mí, Señor; soy un pecador!

Miqueas 7:20

Muestra tu fidelidad a Jacob y tu lealtad a Abraham, como desde tiempos antiguos se lo juraste a nuestros antepasados.

Isaías 63:7

Recordaré las misericordias del Señor, y sus hechos dignos de alabanza, por todo lo que hizo por nosotros, por su compasión y gran amor. ¡Sí, por la multitud de cosas buenas que ha hecho por los descendientes de Israel!

Isaías 6:5

Entonces grité: «¡Ay de mí, que estoy perdido! Soy un hombre de labios impuros y vivo en medio de un pueblo de labios impuros y mis ojos han visto al Rey, al Señor de los Ejércitos».

Proverbios 4:18

La senda de los justos se asemeja a los primeros albores de la aurora: su esplendor va en aumento hasta que el día alcanza su plenitud.

Salmos 85:10

El amor y la verdad se encontrarán; se besarán la justicia y la paz.

Salmos 84:7

Según avanzan los peregrinos, cobran más fuerzas, hasta que contemplan a Dios en Sión.

Salmos 61:7

Que reine siempre en tu presencia, y que tu gran amor y tu verdad lo protejan.

Salmos 16:2

Yo le he dicho al Señor: «Mi Señor eres tú. Fuera de ti, no poseo bien alguno».

Salmos 8:5

Lo hiciste poco menor que los ángeles y lo coronaste de gloria y de honra.

Job 17:9

La gente justa se aferra a su camino; los de manos limpias aumentan su fuerza.

Job 8:7

Modestas parecerán tus primeras riquezas, comparadas con tu prosperidad futura.

Deuteronomio 8:18

Recuerda al Señor tu Dios, porque es él quien te da el poder para producir esa riqueza; así ha confirmado hoy su pacto que bajo juramento hizo con tus antepasados.

Génesis 32:7

Jacob sintió miedo y se angustió muchísimo. Por eso dividió en dos grupos a la gente que lo acompañaba, y lo mismo hizo con las ovejas, las vacas y los camellos,

Génesis 32:5

y que ahora tiene vacas, asnos, ovejas, esclavos y esclavas. Le manda este mensaje con la esperanza de ganarse su favor».

Génesis 30:43

De esta manera Jacob prosperó muchísimo y llegó a tener muchos rebaños, criados y criadas, camellos y asnos.

Génesis 28:15

Yo estoy contigo. Te protegeré por dondequiera que vayas y te traeré de vuelta a esta tierra. No te abandonaré hasta cumplir con todo lo que te he prometido».

Génesis 18:27

Abraham dijo: —Reconozco que he sido muy atrevido al dirigirme así al Señor, yo que apenas soy polvo y ceniza.

2 Samuel 17:24

David se dirigió a Majanayin y Absalón lo siguió, cruzando el Jordán con todos los israelitas.

Génesis 24:12

Entonces comenzó a orar: «Señor, Dios de mi amo Abraham, te ruego que hoy me vaya bien y demuestres el amor que le tienes a mi amo.

Génesis 28:13

En el sueño, el Señor estaba de pie junto a él y le decía: «Yo soy el Señor, el Dios de tu abuelo Abraham y de tu padre Isaac. A ti y a tu descendencia les daré la tierra sobre la que estás acostado.

Génesis 31:3

Entonces el Señor dijo a Jacob: «Vuélvete a la tierra de tus padres, donde están tus parientes, que yo estaré contigo».