Y Raquel exclamó: «¡Dios me ha hecho justicia! ¡Escuchó mi plegaria y me ha dado un hijo!». Por eso Raquel le puso por nombre Dan.
Tú, Señor, viste el mal que me causaron; ¡hazme justicia!
¡Júzgame, oh Dios! Defiende mi causa frente a esta nación impía; líbrame de gente mentirosa y malhechora.
Júzgame según tu justicia, Señor mi Dios; no dejes que se burlen de mí.
«Los dispersaré como a la paja que arrastra el viento del desierto.
Conforme a la instrucción del Señor, compré el cinturón y me lo puse en la cintura.
Acerca de Dan dijo: «Dan es un cachorro de león, que salta desde Basán».
El hijo de Dan: Jusín.
Los hijos de Bilhá, la esclava de Raquel: Dan y Neftalí.
Bilhá quedó embarazada y dio un hijo a Jacob.
Después Bilhá, la criada de Raquel, quedó embarazada otra vez y dio a luz un segundo hijo de Jacob.
Los descendientes de Dan: Todos fueron registrados por clanes y por familias patriarcales según su genealogía. Uno por uno fueron registrados todos los varones mayores de veinte años que eran aptos para el servicio militar.
Sobre el monte Ebal estarán estas otras, para pronunciar las maldiciones: Rubén, Gad, Aser, Zabulón, Dan y Neftalí.