Jacob se acercó y lo besó. Cuando Isaac olió su ropa, lo bendijo con estas palabras: «El olor de mi hijo es como el de un campo bendecido por el Señor.
Y los bendijo con estas palabras: «Que el Dios en cuya presencia caminaron mis padres, Abraham e Isaac, el Dios que ha sido mi pastor desde el día en que nací hasta hoy,